por Ayudaex01 | Dic 23, 2016 | POST, Sin categoría
Desde pequeña he vivido con mucha magia e ilusión este momento que representan las fiestas navideñas y el final del año, pero a medida que he ido creciendo he ido comprobando, al principio con gran asombro por mi parte, como ese sentimiento hacia este momento del año no era compartido por muchas personas, sino más bien al contrario.
Después, he ido viviendo y acumulando Navidades y por pura probabilidad y estadística me ha tocado vivir alguna Navidad que confluía con pérdidas o circunstancias externas no tan deseables como para dejar fluir esa magia e ilusión.
Eso me ayudó (nuestras vivencias siempre nos ayudan a entender mejor, a ser más inteligentes emocional y socialmente) a comprender parte de porque podía significar otras cosas para otras personas.
Hablaré más delante de cómo podemos ser capaces de reconciliar emociones tan diferentes como la tristeza frente a pérdidas u otras diferentes emociones frente a situaciones adversas junto con la supuesta alegría asociada a la Navidad.
No obstante, a veces, sin existir necesariamente circunstancias externas que generen emociones intensas negativas en estas fechas, existe una cierta resistencia a vivirlas con ilusión por el mero hecho de sentirse obligados a ello.
Tenemos miedo de sufrir, de perder a nuestros seres queridos, de morirnos, de que nos rechacen y nos critiquen por nuestro cuerpo, por no estar a la altura, por no ser lo suficientemente exitosos, etc.
Ese miedo nos lleva a no ser capaces de valorar lo ordinario. Lo ordinario es peyorativo, no es suficiente porque no consigue garantizarnos que evitaremos el sufrimiento.
Sin embargo, vivimos en un mundo en el que hay que armarse de valor para ver un telenoticiario. Crónicas diarias de sucesos y noticias que dan verdadero miedo. Las personas que verdaderamente viven experiencias traumáticas y conocen el dolor diario, lo que pedían en una investigación llevada a cabo (Brene Brawn), es que valoremos la ordinariedad de nuestras vidas.
Vamos a sufrir con toda garantía, pero si no nos permitimos ser felices en el momento que estamos viviendo, apasionarnos, entregarnos, no conseguiremos tampoco llenarnos los depósitos de bienestar personal para cuando nos toque sufrir.
Así que, no valorar algo por no ser lo suficientemente bueno, y que por tanto, no sea garantía de la usencia total de sufrimiento, o no valorarlo porque es tan bueno que podría acabar y hacerme sufrir, son actitudes que nos mantienen en el dolor permanente.
Quiero aprender a valorar explícitamente las cosas ordinarias que me pasan a diario: salgo de una casa que me cobija y además tengo la suerte de que me resulte cómoda y confortable, trabajo y eso me lleva a muchas renuncias porque el tiempo es limitado, pero consigo saber que mi labor es útil, tengo ropa y la he elegido yo, no paso hambre por necesidad, tengo mis instintos básicos como el sueño y el hambre calmados, tengo un cuerpo que me permite ser autónoma, no depender, ocuparme de otras muchas cosas que me interesan, sonreir a las personas y escucharlas y expresarlas, me puedo comunicar con quien quiero y escojo¡¡ tengo la posibilidad de pararme si me apetece en el quiosco y comprarme esa revista, comparto mi día a día con personas, que en mayor o menor profundidad me conocen y comparten sus cosas conmigo y yo con ellos, me puedo enriquecer de la información que me apetezca porque leo y la tengo accesible… no encuentro fin, tengo demasiadas cosas ordinarias en un día, tengo muchas personas que si mañana no estuvieran conmigo las echaría en falta, y aquí están permitiéndome pasar cosas junto a ellos.
Estoy convencida que si nos entrenamos en la valoración de lo ordinario conseguiremos un mundo más rico, donde las relaciones tengan menos escudos, donde las personas se escuchasen más y fueran personas dolientes, sí, pero también más felices desde la total consciencia del privilegio que constituye su vida a pesar del dolor que se pueda experimentar en momentos de la misma.
Voy a practicar honrar lo ordinario porque eso es lo extraordinario, voy a practicar no estar tan ocupada con las cosas importantes que me olvidé valorar y sentirme agradecida con lo que me ocurra en el día a día, donde, por otro lado, quiero hallar el sentido de mi vida.
Es por ello, que creo que he aprendido a apreciar la navidad, los aniversarios de cualquier tipo, y cada uno de los ritos y momentos del año que me ayudan a valorar y tomar consciencia de las cosas que no tengo y me duelen y me hacen echar en falta y de lo feliz que fui al tenerlas y/o de lo feliz que puedo ser por poder tener otras muchas a mi alcance.

por Ayudaex01 | Dic 20, 2016 | Comunicación y relaciones sociales, POST
Lo cierto, es que hasta cierto punto tenemos libertad para elegir nuestro puesto de trabajo pero no a los compañeros que vienen con el.
Es aquí donde podemos comenzar a tener problemas, ya que muchas veces podemos tener dificultades en el trabajo que nada tienen que ver con la naturaleza o dificultad de la tarea o con las condiciones del puesto de trabajo, sino más bien, con los perfiles tóxicos que pueden representar nuestros compañeros.
Uno de estos perfiles sería el que en la calle conocemos como “trepa”
Hemos de recordar que las personas en general nos comportamos como sabemos y de acuerdo a nuestros propios motivos y objetivos. Es por ello, que difícilmente conseguiremos que estas personas cambien su patrón de comportamiento solo porque nosotros lo consideremos injusto y nos dejemos nuestras energías aleccionándolos de una u otra manera.
Por ello, lo mejor es prepararnos nosotros mismos para que estas relaciones nos causen los menores estragos posibles. Nos ayudará mucho conocerlos y además saber como gestionarlos desarrollando nuestra asertividad.
Os dejo el enlace a un artículo que me ha parecido muy interesante compartir con vosotros ya que describe este comportamiento “trepa” muy bien y desde luego da pautas que me parecen muy oportunas para poder conseguir no sentirnos tan indefensos o frustrados ante sus actuaciones.
Link: Las mejores recetas para esquivar a trepas y pelotas

por Ayudaex01 | Dic 12, 2016 | Educación, Inteligencia emocional, POST
Cortometraje que ayuda a los niños a lidiar con las emociones
Este cortometraje (pinchar en el enlace de arriba para poder visionarlo) está inspirado en los niños, pero creo que este control emocional es algo que los adultos, sino lo aprendimos de pequeños !!nos toca aprenderlo ahora¡¡
La IRA es una emoción que aunque sea muy desagradable todos y cada uno de nosotros desde que nacemos tenemos que lidiar con ella…
Y muy frecuentemente:
En el coche conduciendo alguien nos hace una “pirula”; mi jefe vuelve a tener esa actitud conmigo que me desquicia; mi compañero vuelve a escaquearse; mi madre me vuelve a repetir por enésima vez lo mismo; mi pareja vuelve a ignorar la petición que le he hecho: no cerrar las puertas o apagar la luz, actuar de “esa” manera con el niño, ponerse esa prenda de vestir que sabe que no me gusta, etc.; mi suegr@ me hace este tipo de comentarios a los que no doy crédito…
Mil y una situaciones en el día a día, pueden chocar con nuestras expectativas y deseos de cómo deberían ser las cosas y provocarnos emociones desde la frustración a la ira.
Cuando estamos experimentado esta emoción y sobre todo con personas de confianza, tendemos a explotar hacia afuera. Cuando no son de tanta confianza, hacia dentro…
Pero cuanto más desahogo esa ira, más se incrementa a corto plazo…la alimento. Luego, cuando todo ha pasado, descubro muchas consecuencias para las relaciones o para mí ya que tendré que lidiar con la imagen de mi mism@ soltando espuma por la boca o conviviendo con una emoción desagradable en alta intensidad.
Por todo ello, conviene que desarrollemos conductas de autocontrol emocional.
- IDENTIFICAR QUE ME ESTÁ OCURRIENDO: SIENTO IRA
El cortometraje da buenos indicios para aprender a detectar las señales que me ayuden a etiquetar esta emoción.
SI IDENTIFICO COMO ME SIENTO, IDENTIFICO LO QUE PUEDO HACER
- RESPIRAR
Cualquier tipo de respiración RITMICA Y PAUSADA, contribuirá a que la purpurina que nada a sus anchas, como dice el cortometraje, se deposite y nos permita pasar de un estado más irracional o uno más racional.
La respiración DIAFRAGMATICA, que es la que yo suelo enseñar en terapia, además activa el nervio vago que pertenece al sistema nervioso parasimpático y ayuda a favorecer la desactivación de respuestas ansiosas.
- Enlentecer todo mi comportamiento motor: suavizar gestos y movimientos.
- Ser capaz de darme autoinstrucciones: decirme cosas sedantes y que me ayuden a mantener el control enfocando la atención en algo diferente a lo que me ha enfadado: “esto me enfada, pero mi objetivo no es desahogarme sin más, ¡calma!, ¡respira¡, de cero a 10 estoy en un 9 de agitación y voy a tratar de bajar a 7, voy a seguir con la tarea que estaba haciendo, voy a contar desde 1000 hacia atrás de 3 en tres, voy a… etc
- AFRONTAR A POSTERIORI,LA SITUACIÓN Y LA COMUNICACIÓN DESDE UN ESTADO DE MAYOR CALMA Y CON UN OBJETIVO UTIL Y CONSTRUCTIVO PARA MÍ Y MI RELACIÓN
- Asumir que a veces las cosas no van a cambiar en la dirección que yo quiero (los demás seguirán conduciendo no como yo crea que deben, sino como saben o pueden; mi jefe seguirá sin gestionar o planificar como pienso que debería y desde luego mi suegra quizás no va a dejar de decir ciertas cosas…
Solo porque a mí me enfaden todos esos hechos, no significa que tengo el poder de provocar su cambio y mucho menos desde la ira. Quizás lo más importante es que yo consiga que estas situaciones me afecten lo menos posible, ajustando expectativas y… también RESPIRANDO!!!

por Ayudaex01 | Dic 5, 2016 | Testimonios
Hoy he publicado en la sección de Recursos Terapéuticos/ Testimonios un nuevo relato del paso por su proceso terapéutico que C ha querido compartir con todos vosotros, con el deseo que de que ayude sobre todo aquellos que puedan estar pasando por dificultades y que no saben que recursos o caminos seguir para encontrarse mejor.
!Muchas gracias por tu empatía, tiempo y sobre todo por tu generosidad¡
