
CELOS, APRENDIENDO A CONTROLARLOS
Sino quiero que mi relación acabe por nada del mundo porque la necesito para poder seguir adelante, o porque me da mucho miedo sufrir o sentirme rechazado, me inundará un miedo e inseguridad que no me permitirá disfrutar y que me acabará controlando. Habré convertido mi relación en la llave de mi felicidad y eso me hará depender de ella. Y AMAR NO ES DEPENDER.
Los celos se podrán convertir en una emoción destructiva y si eso pasa tendremos entonces que aprender a dejar de sufrir por ellos inútilmente.
¿Cómo identificar los celos disfuncionales?
Tal como comentaba en el post Celos: amor o dependencia, si mi objetivo cuando tengo una relación de pareja es tener la certidumbre total de que no la voy a perder nunca, mi cerebro se entrenará en detectar posibles amenazas y comenzará a controlar todo lo que entienda que es controlable para evitar dichas amenazas.
- Comienza a generar pensamientos y “Y SI…” (detección de amenazas): ¿y si mira a esa chica así porque le resulta atractiva?, ¿y si no me ha dicho que ayer habló con su amigo o compañero porque en realidad me quiere ocultar que le atrae?, ¿y si no quiere venir conmigo a este sitio porque se quiere ir con otra persona a…?, ¿y si se cansa de mí y mis interrogatorios? ¿y si cuando salga mañana conoce a otra persona que se lo ponga más fácil?, ¿seguro que está mirando el culo…a ese que es más atractivo que yo?, ¿y si hoy no quiere tener relaciones sexuales conmigo porque ya no le atraigo o porque está con otra persona?, etc.
- Se comienza a “controlar” dichas amenazas: mirar el móvil, e-mail, redes sociales, etc, a estar muy pendiente de a quién mira y cómo, a interrogar por sus relaciones actuales o pasadas, a preguntar sobre su físico o el de otros, a preguntar a otras personas su opinión etc., se cambia el cuerpo adelgazando o musculándose, se entrena en leer el pensamiento de la pareja, etc.
En definitiva, el querer tener una certeza inalcanzable lleva a la persona a obsesionarse por los posibles riesgos y le lleva a intentar evitarlos a toda costa en un esfuerzo vano de intentar controlar el amor, y la posible consecuencia temida de sufrir.
Lejos de conseguirlo, la persona cada vez se siente más insegura y encuentra más datos que pueden corroborar su miedo de ya no ser tan querida o del final de la relación, siendo estos -en algunas ocasiones- objetivos ya que la relación tiende a deteriorarse mucho y a hacerse una “profecía autocumplida”.
Algunos de los posibles factores que llevan a los celos serían:
- Necesidad de control: una persona que en líneas generales tolere mal las incertidumbres y tienda a buscar el control en su vida, la pareja no será más que un ámbito más en el que se manifieste este comportamiento, así como en la búsqueda de la salud, del trabajo bien hecho, etc.
- Baja autoestima: una persona que tienda a valorarse poco no se sentirá capaz de competir con otros potenciales estímulos atractivos para su pareja y tenderá a no creerse la decisión de compromiso de su pareja.
- Infidelidades previas o relaciones frustradas: cuando nuestras relaciones anteriores han sido decepcionantes y nos han hecho sufrir mucho tendemos a sobregeneralizar como una medida protectora.
- Creencias irracionales acerca del amor: la media naranja existe, querer es estar con alguien para siempre y compartirlo todo, no podría sobrevivir a un fracaso emocional (mi bien estar y futuro depende de estar con esta persona), etc.
Recomendaciones
- Cuidar a la pareja: trabajar la comunicación, relacionarse sexualmente de forma satisfactoria para ambos, solucionar problemas cotidianos, etc.
- Disfrutar de la relación: no vivir constantemente el amor que el otro siente por nosotros, sino tender a centrarnos en lo que nosotros sentimos. Trabajar por estar bien nosotros y centrados en el momento presente.
- Convivir con la incertidumbre que conlleva la confianza. Acepto que me quiere porque está conmigo y no porque lo compruebo constantemente. Parar la búsqueda de pruebas de su amor constantes.
- Buscar la autonomía: desarrollar otras áreas importantes de mi vida: diversas aficiones, relaciones y satisfacciones.
- Fortalecernos en la tolerancia a la frustración.
- Aceptarnos y valorarnos: una vida personal rica (activa y ocupada) es la mejor manera de promover una buena autoestima.
- Desdramatizar las consecuencias temidas: ser rechazado o abandonado por la pareja no quiere decir que se haya perdido el atractivo y que no seamos potencialmente queribles por otras muchas personas. Una ruptura, aún con el dolor que entraña a corto plazo, puede ser la antesala para una vida nueva, con o sin una nueva pareja.