¿Por qué a mí?

¿Por qué a mí?

Ayer mismo le comentaba a una chica: “efectivamente esta es tu vida y puedes con  la edad que tienes, decidir vivirla así o seguir sin avanzar, bloqueada en la constante comparación de cómo es la de los demás o cómo debería haber sido la mía”.

Por eso he elegido hoy este artículo, un gran testimonio de RESILENCIA. Considero da una gran respuesta a esa gran pregunta ¿por qué?:  ¡porque esta es MI VIDA¡, la cuestión es:  ¿queremos vivirla?

Sino, ¿cuál sería la alternativa?  ¿No vivirla, dejarnos llevar, sobrevivir, fantasear con evasiones varias?

Prefiero vivir la satisfacción que mi vida me pueda ofrecer, sea esta como sea,  a vivir la profunda angustia y desesperación que pueden provocar cualquiera de las alternativas.

¿Por Qué A Mí?, Una Pregunta Dolorosa Con Una Respuesta Simple

Aprendiendo a establecer relaciones más sanas con nuestros seres queridos y no tan queridos…

Aprendiendo a establecer relaciones más sanas con nuestros seres queridos y no tan queridos…

En muchas ocasiones en mi profesión, veo como las personas sufren en gran medida porque sus compañeros de trabajo, amigos y sobre todo parejas y familiares (padres, suegros, hermanos) no son como consideran deberían de ser. Parece inaceptable que estas personas conciban la realidad de una manera diferente a la mía y no respondan como yo creo que es razonable y lógico responder.

Cuando además, los comportamientos de los otros parecen fácilmente descalificables (no avisar de que no vengo a cenar, gritar, hacer comentarios hirientes, mentir, chantajear, etc.) todavía nos cargamos aún más de razón en que estas personas no deberían de ser así y al final nuestra ira, decepción y frustración van incrementándose.
Parece que nos cuesta mucho asumir que las personas son como son, no porque sea deseable o razonable ser así, sino porque su historia de aprendizaje y materia prima les lleva a ser así.
Nada tiene que ver con mis expectativas de lo que es justo, sano, educado, etc. Los demás solo me van a querer y tratar como saben y pueden.
¿Y pueden cambiar? !!Claro¡¡ El ser humano tiene un cerebro con mucha plasticidad que le permite generar nuevas cadenas neuronales de aprendizaje para afrontar ciertas situaciones en términos generales.
Pero este cambio, tiene que ser percibido por la persona como necesario, y por tanto, trabajar de manera voluntaria, consciente y sistemática en ese proceso de aprendizaje. Y sino, que se lo digan a muchas de las personas con las que trabajo. Son muy grandes los cambios que pueden experimentar, no solo en su funcionamiento, sino también en la visión de la vida en general, pero también suele ser grande el trabajo que eso supone…, tanta recompensa !para nada es gratuita¡
Entonces, quizás estemos siendo ingenuos al pensar que el de enfrente cambiará solo porque a mi me parece necesario…
El otro, lo hará, porque esté de acuerdo en que así sea, y si además de verbalizarlo, hace cosas por conseguir dicho cambio.
Por este motivo, o aprendemos a querer a los demás como son y a entender como nos quieren de verdad y no como nos gustaría que nos quisieran o les confronto con el cambio que me gustaría que realizaran estando dispuestos a asumir la posibilidad de alejarme, tanto si manifiesta su acuerdo conmigo pero solo verbalmente y no lo respalda con actos como si decide que siendo así es feliz y !que cambie yo¡
Permanecer en una relación condenando el comportamiento de la otra persona sistemáticamente, solo porque creo que tengo razón,  y por tanto es el otro el que debe de cambiar, cuando es un hecho que no lo va a hacer, solo puede llevarme a relaciones tóxicas o bien por someterme a comportamientos dañinos del otro hacia mí o por mis manipulaciones para que el otro cambie porque yo lo considero necesario.

Si quieres leer algo más sobre este tema, te recomiendo este artículo de Código Nuevo

No pierdas el tiempo intentando cambiar a una persona

 

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¿Dónde reside la felicidad? ¿En el camino o en la meta?

¿Dónde reside la felicidad? ¿En el camino o en la meta?

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al colérico Posidón,

seres tales jamás hallarás en tu camino,

si tu pensar es elevado, si selecta

es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al salvaje Posidón encontrarás,

si no los llevas dentro de tu almas,

si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.

Que sen muchas las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos antes nunca vistos.

Deténte en los emporios de Fenicia

y hazte con hermosas mercancías,

nácar y coral, ámbar y ébano

y toda suerte de perfumes sensuales,

cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.

Ve a muchas ciudades egipcias

a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Más no apresures nunca el viaje.

Mejor que dure muchos años

y atracar, viejo ya, en la isla,

enriquecido de cuanto ganaste en el camino

sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.

Sin ella no habrías emprendido el camino.

Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.

Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,

entenderá ya qué significan las Ítacas.

C.P. Cavafis

Pasamos la vida deseando alcanzar algo, persiguiendo sueños, creyendo que cuando tengamos eso tendremos la felicidad. Pero no es así. La existencia está en el camino, no al final. No importa cuán bello, importante, espiritual sea lo que pretendamos. La última parada es siempre la muerte. Si no sabemos ser felices, ser mejores, ser quienes queremos ser en el trayecto, tampoco encontraremos eso al final. Esa es la razón por la que debemos disfrutar del momento. La vida está llena de tesoros que la gente persigue, son cosas que creen que les proporcionarán la dicha, pero acostumbran a  ser espejismos y a veces, alcanzando su anhelado deseo, uno sólo encuentra el vacío entre sus manos.

Jorge Molist  “El anillo”

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