¿Qué función puede tener nuestra voz más crítica?

¿Qué función puede tener nuestra voz más crítica?

La perfección no existe y por ello todos somos vulnerables.

Pero la vulnerabilidad duele…

Por otro lado, también  vivimos en un contexto donde nos enseñan que el dolor es un fracaso.

Son por estas razones,  que al final aprendemos muchos mecanismos para anestesiarnos. Uno de ellos es la voz crítica. Si somos perfectos no tendremos vulnerabilidades, por lo tanto fallos y por lo tanto emociones difíciles. Eso nos lleva a querer ser minuciosos, controladores y en definitiva perfeccionistas. La culpa o la voz crítica es una forma de tratar de conseguir todo esto. Pero lo cierto, es que no solo no consigue evitar que dejemos de ser vulnerables, sino que además, le añade otras emociones tan difíciles como son la vergüenza de ser quien somos. No querías sopa (sufrir) pues toma, ¡¡¡dos tazas!!! La vergüenza y la vulnerabilidad.

La autocompasión,  es la capacidad de acompañarnos en el sufrimiento, no para dejar de sufrir, sino precisamente porque estamos sufriendo. En vez de poner el foco en eliminar nuestra vulnerabilidad, vamos a poner el foco en abrazarla, como parte de lo  que somos y aprender a sostener las emociones difíciles que de ello se vayan a desprender.

 

 

 

 

¿Confinamiento o concurso de productividad?

¿Confinamiento o concurso de productividad?

¿Estando en casa te sientes agotadx y con mil frentes a los que atender?

¿Sientes, por el contrario, que estando en casa ahora sería una oportunidad para hacer un montón de cosas de esa lista larga de TO DO que habitualmente no tienes tiempo?

¿Llevas un ritmo “normal” pero al  parar o los fines de semana te sientes más vacix y/o pensando que estás perdiendo el tiempo?

¿Llevas tiempo proponiéndote acometer alguna meta en concreto y no paras de procrastinarla y de castigarte a posteriori por ello?

En este podcast trato de explicar tres posibles causas para dar respuesta a estas preguntas. Espero os ayude a identificar el por qué de esta  sobre exigencia y también a dar los pasos para empezar a encauzarla y mitigar su daño emocional correspondiente. Si la super productividad en muchas ocasiones ya se ha convertido en nuestro estilo de vida, causándonos niveles altos de ansiedad, en el confinamiento, que nos encontramos más vulnerables por las características de la propia situación, puede llegar a dañar en gran medida nuestra autoestima, así como desregular, también en gran medida, nuestro estado de ánimo.

 

 

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS III: desarrollando autocompasión y resilencia

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS III: desarrollando autocompasión y resilencia

En los anteriores post os he tratado de ir dando las pautas principales para gestionar la incertidumbre a la que nos enfrenta  la crisis por Coronavirus, siendo estas una parte muy importante de la gestión emocional en estas circunstancias. Hoy termino con esta serie de pautas, hablando de otro aspecto que para mí es esencial también en dicha gestión emocional. Estoy hablando de la posibilidad de desarrollar o aprender a aplicar la autocompasión en esta situación vital que estamos atravesando.

Acompañándonos desde la autocompasión

  • Es importante acompañarte emocionalmente en este viaje. No estamos acostumbrados a escuchar nuestras necesidades y nuestras emociones. Esta es una gran oportunidad. Hazte la pregunta: ¿Cómo me siento en estos momentos? ¿Dónde lo siento en el cuerpo? Esto debe ser…etiquétalo: esto es miedo, pena y tristeza, rabia, aburrimiento, impotencia….. Es muy importante que sepamos nombrar a nuestras  emociones, eso nos ayuda a acotarlas y entendernos. También a saber qué necesitamos. Compartamos esa emoción, ponerla en palabras es ayudarnos a reprocesar lo que está ocurriendo y nos da la posibilidad de sentirnos validados y apoyados por aquellos que nos quieren. Si no tienes la posibilidad de compartirlo con alguien o no te sientes capaz, no dejes de hacerlo igualmente. Escribe una carta a la persona que crees te pudiera ayudar, aunque en estos momentos no esté presente o escríbela a ti mismo. Ofrécete esa validación y esas palabras de apoyo incondicional.
  • Y sin duda y a pesar de todo, tendrás algún día o momento malo, donde todas estas pautas que ido dando para tratar de sobrellevar la incertidumbre de la situación no habrán podido ser, tu piloto automático, tu cerebro primitivo se habrá podido apoderar de tí. !!Permítetelo¡¡ Somos humanos y no robots. Erramos y aprendemos. Ensayamos y mejoramos. Nos desestabilizamos y recuperamos el equilibrio. Yo no soy mis errores, ni mi descontrol, ni estoy abocada a ello. No hagamos razonamientos emocionales (como siento que soy mala, lo soy) Diferenciemos el todo y la parte y permitamos los días o momentos malos, démosle también espacio derecho a existir y solo apoyémonos en esos momentos, sabiendo que la tormenta pasará y mañana o en un rato podré reconducirlo.
  • ¡Ajusta expectativas en tus objetivos¡ La situación ha cambiado, no puedes exigirte lo mismo de siempre. Hay muchas cosas que costarán más o no saldrán como quiero o espero. Tus hijos podrán estar más rebeldes o intranquilos por momentos, tú tendrás menos paciencia por momentos, quizás no les apoyes en los estudios con la neutralidad con la que lo hace un profesor, quizás no juegues o estés tan presente como ellos necesitan o esperan. En el trabajo quizás no rindas o te concentres tanto como cuando no tienes un niño por ahí pululando o como cuando simplemente estás en tu lugar de trabajo… Cuando tomes conciencia de tus limitaciones dentro de esta situación, como hemos hablado, reconoce la emoción y trata de acompañarte en ella. No se trata de conseguir que esto no te afecte, se trata de poder apoyarte en la emoción que te provoca. En vez de castigarte y exigirte para acabar con la emoción de frustración o miedo, prueba a permitir que sea así y cuidarte emocionalmente en eso a lo que no estás llegando.
  •  Plantéate para que quieres que te sirva esta experiencia vital. Trata de definir un propósito a la hora de atravesar esta situación de aislamiento. Visualízate un año después de esta crisis sanitaria física y psicológica…¿Qué te gustaría decirte en ese momento? !aquellos días fueron duros, sin duda¡ pero lo cierto es que me descubrieron… gracias a ellos este año he aprendido a… en aquella época pude darme cuenta  y comenzar a desarrollar… Tratar de alinear nuestras experiencias a nuestros valores vitales es una parte fundamental de la autocompasión. Dar significado a las cosas es una parte fundamental de la resiliencia. Tener dicho propósito nos ayudará a pasar los días malos. Sé que hoy estoy más bajita, pero también sé que todo esto me llevará a ….
  • Céntrate en el aquí y en el ahora. Es una manera de reconducir y gestionar la incertidumbre. Desde la certeza de que trataremos siempre de estar lo mejor posible con lo que haya, con lo que nos toque vivir. Cambiemos el chip por querer estar bien, en un estado de seguridad y certeza, cosa que es imposible, por nuestra determinación de !!!estar lo mejor posible con lo que haya¡¡¡

Esta es una gran oportunidad para activar nuestras habilidades de resiliencia, para salir reforzados de una situación de crisis. Todos tenemos mucho que aprender sobre la vida y nosotros mismos en este tipo de situaciones. Las lecciones a veces tienen su precio y coste pero el conocimiento adquirido es impagable. Conocernos más, encauzar nuestras vidas hacia donde queremos es un regalo (frase tomada de mi compañera en Álava Reyes: Mónica Poblador).

 

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS II: pensamientos intrusivos

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS II: pensamientos intrusivos

En el post anterior os comentaba que en el manejo emocional de esta crisis pandémica había que tener en cuenta la gestión de la incertidumbre y la autocompasión. En el manejo de la incertidumbre ya os comenté una serie de pautas que sobre todo tenían que ver con la capacidad para convertir nuestro día en una rutina manejable para nosotrxs que nos devolviera sensación de control.  En el post de hoy,  os voy a hablar de algo fundamental para la gestión de la incertidumbre, que es el manejo de las preocupaciones que podemos tener para que no se conviertan en rumiaciones.

En una situación de incertidumbre los pensamientos que yo llamo “y sis” se disparan. En psicología, los llamamos pensamientos intrusivos y forman la base de las obsesiones. Cuando mi mente se pone en modo alerta, es capaz de detectar todas las posibles amenazas y traerlas a mi conciencia, sean estas probables o no, racionales o no, mi cerebro primitivo no sabe distinguir estos matices, simplemente son una amenaza y yo estoy en modo acabar con ella para recuperar la tranquilidad.

¿Qué hacer pues con estos pensamientos?

  • Lo primero no asustarse. Los tenemos todos y en situaciones así, se pueden disparar mucho y entrar en lo que comúnmente las personas dicen como entrar en bucle, rayarme, bloquearme. A veces uno se puede asustar mucho porque parece que se está perdiendo el control, la cabeza funciona sola y bombardea con este tipo de pensamientos tan amenazadores, que a veces, incluso son solo imágenes…
  • Reconocerlos, por lo tanto, no como hechos o predicciones reales, sino solo como una manifestación de mi miedo. Pensar que “no voy a poder con algo”, no es un hecho, es solo un pensamiento, por ejemplo…
  • Recordar que no tengo por qué atender a todo los pensamientos que mi cabeza me trae. No puedo evitar que los piense, pero darles atención y alimentarlos, ya sí depende de mí.
  • Recordemos que como expliqué en el post anterior, no es conveniente buscar la calma resolviendo cada uno de esos “y sis”… !!!no podemos¡¡¡  no sabemos qué va a pasar y no podemos recuperar el control de las circunstancias.
  • Por el contrario tomemos conciencia del mal estar que nos genera ese “Y si”, aceptemos que es un miedo que existe y que me incómoda, pero que a veces, tenemos que aprender a vivir con esa incertidumbre, es incómodo, pero resolverlo será peor.
  • Paremos todas las acciones destinadas a tratar de resolver y calmar esos “y sis” o pensamientos intrusivos, porque están impidiendo que vivamos con la incertidumbre y solo está alimentando la sed de mi cerebro primitivo (amígdala) que cada vez está más en alerta.

Pongamos un ejemplo para ver cómo sería aplicar estas pautas:

Si a lo largo del día me inundan pensamientos de todo lo que pasaría si mi empresa quiebra, puedo sorprenderme a mí misma repasando gastos, valorando decisiones como pedir créditos, etc, etc.

Lo contrario a esto, sería tomar conciencia de que la posibilidad de que mi empresa cierre puede dificultar mucho mi situación económica y de ser así probablemente me tocaría tomar decisiones difíciles y pasar momentos difíciles. Por lo tanto, es lógico que al pensar en ello me pueda sentir intranquilx  y nerviosx, el miedo puede aflorar en mí. Pero si trato de calmar ese mal  buscando en el  presente todas las soluciones posibles,  lo único que conseguiré es activar más mi amígdala que incrementará la sensación de miedo, lejos de conseguir la ansiada calma.

Lo mismo si mi miedo es que enferme, perder a alguien, que mi matrimonio  no resista esta situación, etc. todo ello lógicamente me preocupa y si pasa será difícil…

El poder admitir que tengo motivos para preocuparme y dejar estar la emoción sin resolverla, tratando de aceptar que a veces no se puede estar completamente en calma, paradójicamente, me permitirá soltar esa preocupación y aunque la tenga de base, no pasarla a primer plano me permitirá estar en el presente pudiéndome ocupar de otras cosas y estando más preparada para afrontar la amenaza, si es que en algún momento se llega a presentar.

Aceptar las cosas tal y como son, con su correspondiente emoción asociada, nos permite no estar en alerta continua, nos permite encontrar una serenidad dentro de la tormenta. Las circunstancias pueden ser difíciles pero tengo que estar dispuesto a vivirlas,  ¡no a evitarlas!

Teniendo todo esto en cuenta:

  • Programa en el día cuando y de dónde vas a recibir la información sobre la crisis de la pandemia.  No estés todo el día buscando o recibiendo información sobre la pandemia. No hará más que alimentar tus “y sis”. A mayor información no conseguirás controlar nada, solo conseguirás disparar la sensación de incertidumbre y vulnerabilidad. Por ello, es muy importante que elijas de que medio vas a recibir esa información y en qué momento del día. El resto de dicho día, trata de desconectar y no estar mandando ni recibiendo constantemente whatsapps, etc. sobre el tema
  • No actúes compulsivamente tratando de hacer cosas para evitar el contagio o saber si estás contagiado. Cíñete a las recomendaciones oficiales

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS I

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS I

Resumiendo lo que os decía en los post anteriores, el Coronavirus nos enfrenta a una situación de pérdida de control y mucha incertidumbre, probablemente sin precedentes en nuestras vidas, aunque en la historia de la humanidad haya habido muchas crisis en el que se hayan visto amenazadas las vidas y las circunstancias de las personas. Por todo ello,  la emoción del miedo entre otras muchas, es una emoción que va a cobrar mucho protagonismo en este periodo que nos está tocando vivir y lidiar.

Cómo os decía, en la reacción del miedo podemos tratar de tener una actitud evitativa, de bloqueo o de enfrentamiento.  

En una situación de crisis que para nosotros es anormal, cualquier reacción emocional es posible y no hay que cuestionarla.

Sin embargo,  podemos tratar de gestionarla, moderarla si es posible y en todo caso aprender a apoyarnos a nosotrxs mismxs frente a esas posibles pérdidas de control que se pueden llegar a dar.

La autocompasión se define como la capacidad de acompañarnos en la adversidad, no para acabar con nuestro sufrimiento, sino precisamente porque  estamos sufriendo.

De esta manera las próximas pautas apelan tanto a la gestión de la incertidumbre como a la autocompasión.

Gestión de la incertidumbre

  1. Una de las medidas que más nos va a ayudar, estemos en las circunstancias que estemos, es poder establecer una rutina y nuevos hábitos en dichas rutinas.

Como os decía, gran parte de la ansiedad y miedo que vamos a experimentar, se va a deber a que nos han cortado nuestro caminito, mi vida estaba encauzada de una determinada manera y ¿ahora? ¿ahora qué hago con esta nueva situación en casa con familia o solas?  ¿trabajando o no?, ¿con miedos disparados o no…?

Hay una parte de la crisis que no depende de nosotrxs ya que no vamos a poder controlar ni la duración, ni el impacto a nivel social, ni individual de esta pandemia. No obstante, si hay una parte que depende de nosotrxs y que liderarla nos permitirá recudir cierta incertidumbre, y recuperar parte de sensación de control. Esto nos aportará cierta serenidad dentro de la tormenta. Cierto anclaje dentro del descontrol.

  • Tratar de mantener una rutina diaria similar de lunes a viernes y romperla los fines de semana.
  • En esta rutina diaria los horarios cobran especial relevancia. Tratar de mantener las horas de iros a la cama y de levantaros. Esto es fundamental para darnos una estructura e higiene mental. Cuando alteramos nuestros ciclos circadianos todo se hace más cuesta arriba…
  • Mantener también una estructura en la comida. Un horario preestablecido y un menú previamente pensado también nos ayudará a no comer en base a la demanda emocional por ejemplo, además de poder mantener el equilibrio entre hambre y saciación
  • El trabajo requiere un punto algo más extenso. Tratar también de trabajar siempre a la misma hora. Aunque no salgáis de casa y podáis estudiar o trabajar a vuestro aire, no lo hagáis, poneros igualmente un horario lo más estable posible. De lo contrario, al final se picotea trabajo: hago un poco ahora, pospongo, luego otro poco y cuando me quiero dar cuenta, llevo todo el día y sin desconectar y sin estar presente en las otras cosas que hemos tratado de hacer, porque en realidad tenía en mente lo que “debería” estar haciendo. Así, es mejor proponerme afrontar del tirón, trabajar x horas de tal a tal. Por supuesto, siempre en el mismo lugar, habilitaros un espacio de la casa para ello, que sea lo más ergonómico posible.

Al acabar, será importante también hacer algún ritual para soltar este rol profesional con todas sus implicaciones y preocupaciones. Habitualmente, el viaje de la oficina a casa o al lugar de destino sirve de transición para desconectar. Como ahora el viaje es corto  (del escritorio al sofá), no lo consigo y corro el riesgo de cambiarme de lugar, pero continuar mentalmente trabajando. Por ello os propongo que generéis una rutina de transición. Puede ser una rutina de ejercicios, comer si os coincide con este horario, merendar si os coincide más bien con este otro, bajar justo ahí la basura, etc. Algo que me permita soltar todo el contenido mental y centrarme en eso.

  • Es muy importante meter algo de ejercicio diario. Algo de cardio estaría muy bien, pero también algo de estiramiento. En la actualidad hay multitud de videos de yoga, pilates, etc. que nos pueden servir. El ejercicio nos ayudará a muchas cosas y también a regular nuestras emociones. Libera endorfinas y quema adrenalina. Si tenemos niños, es también fundamental para ellos, porque por lo que dicen los especialistas y sobre todo para los más pequeños, es que se puede parar su crecimiento en varios aspectos, nada que no se pueda recuperar, pero desde luego mejor prevenir que curar.
  • Otro aspecto fundamental de esa rutina, es destinar algo del día a conectarse con otras personas importantes para nosotros y que estén fuera de nuestra casa. No por whatsapp, sino por videoconferencia, llamada normal, etc. Combatir el aislamiento social es muy importante. Sentirnos conectados es una herramienta muy potente para autorregularnos.

En esos contactos, puede haber una parte de ventilación emocional. Más adelante os hablaré de la importancia de esto. Pero no dediquemos todo el espacio de la conexión social a ello. Permitámonos frivolizar y hablar de cosas cotidianas y normales. A veces, la frivolización puede costar mucho, cuando uno se encuentra muy mal e incluso eso puede ser la causa del aislamiento. Porque no lo soporto…, pero tratar de daros la oportunidad, hay muchas maneras de bajar a lo cotidiano, algunas no tan frívolas, sino solo simples: jugar online con las miles de aplicaciones que ahora hay al trivial, al parchís, etc. con unos amigos, comentar la serie que estamos viendo, etc. puede ayudarnos a cambiar el foco de nuestras emociones y sin duda, aunque pueda resultar costoso, ¡ayudará!

Aprovechemos la ocasión para tomar conciencia de las personas importantes en nuestras vidas, para decírselo y cuidarlas. Demasiado a menudo damos por hecho las cosas y también las relaciones y su existencia. No es un derecho que mis padres o mis seres queridos vivan, es un privilegio. La vida no es un derecho, no nos pertenece o desde luego no la controlamos. Ser conscientes de ello, nos hace sentir vulnerables pero también nos vuelve agradecidos y disfrutones como dice una amiga 😉

  • Decidamos previamente qué vamos a hacer con el tiempo que nos queda libre de estas ocupaciones académico- laborales y de autocuidado que os he mencionado. A veces puede quedar poco y tenéis claro que hacer con ese poco que os queda: estar -cuidar de vuestros hijos, ver la tv, etc. Pero en algunos casos, estamos hablando de personas que por ertes temporales y situaciones varias, se enfrentan a más de una parte del día sin tareas concretas. En estos casos merece la pena, pararos, sentaros y hacer una lista de cosas que os pueda resultar interesante abarcar en este tiempo: limpiar las fotos y hacer álbumes chulos para regalar o para unx mismx, puzzles, sudokus, viajar por el mundo online, programar algún viaje, museos online, manualidades miles, internet es una fuente inagotable de ideas y de proyectos. Puede ser un momento muy interesante para abordar y plantearse proyectos personales…

No tiene nada que ver, levantarme y sentir que tengo todo un día por delante (y en realidad otros muchos también …)  con el que no sé qué hacer, aunque más o menos tenga en la cabeza que realmente debería hacer cosas o lo que es peor, directamente ni sé que hacer, que levantarme un día, cuando sé más o menos como va a transcurrir. Podrá ser más o menos entretenido, podrá ser muy diferente a mi rutina habitual, pero sentir sabemos lo que vamos a hacer nos da sensación de control y por tanto de calma. Animo, sentaros y organizaros¡¡¡

El punto 2 de la gestión de la #incertidumbre lo dejo para el próximo post y tiene que ver con el manejo de los pensamientos intrusivos.
GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS III: gestionar la amenaza es gestionar la incertidumbre

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS III: gestionar la amenaza es gestionar la incertidumbre

El coronavirus afecta a una falsa seguridad que tenemos a varios niveles y que hemos ido adquiriendo en el devenir de la historia como explicaba ayer en el post de Coronavirus II.

Cuando vemos esa seguridad afectada se dispara la incertidumbre sobre diferentes posibles temas, algunos directamente relacionados con el proceso de infección del coronavirus:

  • ¿perderé a un ser querido?
  • ¿Me perderán ellos a mi?
  • ¿Me tendré que enfrentar a la muerte, a esa que con solo nombrarla, me encojo desde siempre?

y otros con temas derivados de la situación:

  • ¿Habrá una crisis económica?
  • ¿Cómo afectará esto a mi negocio, empresa o carrera laboral?
  • ¿Cómo afectará esto a mis proyectos que se han visto afectados (bodas, comuniones, etc anuladas o en ciernes…; oposiciones o exámenes de admisión varios, etc, etc.)
  • Todas estas cosas siempre despiertan pensamientos más existencialistas acerca de la vulnerabilidad de  la vida, el ser humano o su naturaleza…
  • ¿Cómo lidiaré con la nevera que es mi mayor enemigo?. Yo como psicóloga que trabaja con TCA sé que muchas personas pueden estar teniendo mucho miedo al impacto que el encierro tendrá en su relación con la comida o con el ejercicio físico…
  • ¿Cómo afectará esto a mi familia? También trabajo mucho con parejas y sé que hay miles de situaciones varias y miles de miedos posibles al respecto.
  • ¿Cómo sobre llevaré mi soledad? Hay personas que se enfrentan a pasar mucho tiempo solas y esto les puede afectar a muchos niveles por diferentes motivos también…
  • ¿Cómo sobre llevaré…? son infinitas los miedos e incomodidades que puede traer un cambio de vida para el que no estábamos avisados, ni preparados…

Todas estas preguntas que taladrarán nuestro cerebro constantemente, generarán una inquietud y mal estar con el que no solemos estar habituados a lidiar, tal y como os comentaba en Coronavirus II. Ante este mal estar nuestro cerebro primitivo (ver coronavirus I) tratará de recuperar el control y tranquilidad. Buscando y haciendo cualquier cosa para calmarlo.

  • En muchas ocasiones se tiende a minimizar o incluso negar la información que estamos recibiendo.
  • Por el contrario, la busco compulsivamente tratando de dar respuesta a todos los interrogantes que van surgiendo en mi cabeza de forma prácticamente obsesiva. Lo que yo llamo, la tiranía de los Y sis..
  • Estar recibiendo whatsapp de forma invasiva constantemente
  • Mantener conversaciones en torno a ello constantemente y/o la búsqueda de opiniones expertas o no
  • Telediarios
  • Lavándome de forma compulsiva incluso en situaciones que no necesariamente estén indicadas (mejor más que menos…)
  • Tomando medidas no indicadas como uso de mascarillas en ciertas situaciones que no protegen (bajo el mismo principio de mejor más que menos…)

No obstante al pretender restaurar y mantener ese estado de calma total, se disparará la necesidad de controlar la situación y para ello se nos disparará la dichosa incertidumbre, porque en realidad mi cerebro estará totalmente alerta para resolver cualquier cosa que amenace dicho estado. La tiranía de los “Y sis” habrá comenzado y mi nivel de angustia paradójicamente en ese intento por hacerla desaparecer, se habrá disparado exponencialmente… Esto es la famosa frase que yo siempre saco a colación: “¿quieres sopa? pues toma, !dos tazas¡”

Y ¿por qué tiene este efecto tan contraintuitivo? ¿por qué cuanto más quiero calmarme y tener todo bajo control, no puedo?

!!Porque estoy pretendiendo algo que es una falacia¡¡

No podemos adquirir la seguridad de que, por muy poco letal que sea, el coronavirus a mi no me pasará, no puedo adquirir la seguridad de que a mis seres queridos no les pasará nada….Son seguridades que no existen… ni con el coronavirus ni sin él.

Vivir implica asumir el riesgo e incertidumbre de muchas cosas que pueden generarnos incomodidad más o menos alta si sucedieran (que mi novi@ sea infiel, que me pase algo a mi o mis seres queridos, que les falte yo a mis hij@s, que me despidan, que tenga problemas económicos importantes a futuro, que sea rechazada y me quede sol@, etc…)

Nada de estas posibilidades nos tienen que dejar tranquilxs… y es falso que podamos conseguirlo…

¿Entonces? Entonces, tenemos que aprender a vivir tolerando ese mal estar, esas posibilidades y conviviendo con la respuesta emocional que se desprende de imaginarlo. Es absolutamente imposible acabar con esa incertidumbre y cuando trato de hacerlo, lo que consigo es quedarme atrapada en una espiral de  “y sis” que siempre acabarán naciendo y apareciendo, porque el control total,  la certeza total no existe y por ello será posible encontrar cosas con las que dudar o seguir enganchándome a la preocupación. En muchas ocasiones a la preocupación le damos un status mágico de prevención. Parece que si dejo de preocuparme influyo en disparar las posibilidades de que algo pase o la inversa. Esto es una falacia porque es un pensamiento totalmente mágico. No tenemos el poder de hacer que las cosas pasen con mayor o menor probabilidad porque nosotros lo estemos pensando… Si así fuera hubiéramos encontrado el método para acabar con todas las desgracias…

Por todo ello, es importante que nos comprometamos con el mal estar de la situación. Es falso que siempre tengamos que estar en una ausencia de mal estar e incomodidad. La vida constantemente nos enfrenta a situaciones incómodas. Saber acoger esas emociones con naturalidad y aprender a sostenernos en ese mal estar paradójicamente nos hará sentirnos menos vulnerables, con más recursos y podremos vivir todo el abanico emocional humano sin tantos picos en un sentido u otro…. Ni los seres humanos somos fuertes, inmortales, totalmente generosos, etc, ni nos morimos ante cualquier indicio o somos egoístas y malos, ni la vida es maravillosa ni es un infierno. Para renunciar al mal estar extremo, tenemos que renunciar al bien estar en ausencia de incomodidad total¡

Se que es difícil, pero os aseguro que es posible y lo veo a diario con mis pacientes¡ En muchas ocasiones me dicen que el mayor descubrimiento que han hecho en sus vidas, sin duda, ha sido el casarse con el mal estar.

Mañana publicaré entonces cuáles serían las recomendaciones para vivir la incertidumbre que está situación como hemos visto nos trae en tantos frentes.

Y por favor, vayamos reflexionando que todo esto nos conecta a todos con muchas vulnerabilidades y dificultades. Tratemos de cuidarnos y de cuidar a los demás ejerciendo las medidas preventivas necesarias, pero también respetando a todos, nunca sabemos lo que hay detrás de cada ser humano.

 

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies