GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS II: pensamientos intrusivos

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS II: pensamientos intrusivos

En el post anterior os comentaba que en el manejo emocional de esta crisis pandémica había que tener en cuenta la gestión de la incertidumbre y la autocompasión. En el manejo de la incertidumbre ya os comenté una serie de pautas que sobre todo tenían que ver con la capacidad para convertir nuestro día en una rutina manejable para nosotrxs que nos devolviera sensación de control.  En el post de hoy,  os voy a hablar de algo fundamental para la gestión de la incertidumbre, que es el manejo de las preocupaciones que podemos tener para que no se conviertan en rumiaciones.

En una situación de incertidumbre los pensamientos que yo llamo “y sis” se disparan. En psicología, los llamamos pensamientos intrusivos y forman la base de las obsesiones. Cuando mi mente se pone en modo alerta, es capaz de detectar todas las posibles amenazas y traerlas a mi conciencia, sean estas probables o no, racionales o no, mi cerebro primitivo no sabe distinguir estos matices, simplemente son una amenaza y yo estoy en modo acabar con ella para recuperar la tranquilidad.

¿Qué hacer pues con estos pensamientos?

  • Lo primero no asustarse. Los tenemos todos y en situaciones así, se pueden disparar mucho y entrar en lo que comúnmente las personas dicen como entrar en bucle, rayarme, bloquearme. A veces uno se puede asustar mucho porque parece que se está perdiendo el control, la cabeza funciona sola y bombardea con este tipo de pensamientos tan amenazadores, que a veces, incluso son solo imágenes…
  • Reconocerlos, por lo tanto, no como hechos o predicciones reales, sino solo como una manifestación de mi miedo. Pensar que “no voy a poder con algo”, no es un hecho, es solo un pensamiento, por ejemplo…
  • Recordar que no tengo por qué atender a todo los pensamientos que mi cabeza me trae. No puedo evitar que los piense, pero darles atención y alimentarlos, ya sí depende de mí.
  • Recordemos que como expliqué en el post anterior, no es conveniente buscar la calma resolviendo cada uno de esos “y sis”… !!!no podemos¡¡¡  no sabemos qué va a pasar y no podemos recuperar el control de las circunstancias.
  • Por el contrario tomemos conciencia del mal estar que nos genera ese “Y si”, aceptemos que es un miedo que existe y que me incómoda, pero que a veces, tenemos que aprender a vivir con esa incertidumbre, es incómodo, pero resolverlo será peor.
  • Paremos todas las acciones destinadas a tratar de resolver y calmar esos “y sis” o pensamientos intrusivos, porque están impidiendo que vivamos con la incertidumbre y solo está alimentando la sed de mi cerebro primitivo (amígdala) que cada vez está más en alerta.

Pongamos un ejemplo para ver cómo sería aplicar estas pautas:

Si a lo largo del día me inundan pensamientos de todo lo que pasaría si mi empresa quiebra, puedo sorprenderme a mí misma repasando gastos, valorando decisiones como pedir créditos, etc, etc.

Lo contrario a esto, sería tomar conciencia de que la posibilidad de que mi empresa cierre puede dificultar mucho mi situación económica y de ser así probablemente me tocaría tomar decisiones difíciles y pasar momentos difíciles. Por lo tanto, es lógico que al pensar en ello me pueda sentir intranquilx  y nerviosx, el miedo puede aflorar en mí. Pero si trato de calmar ese mal  buscando en el  presente todas las soluciones posibles,  lo único que conseguiré es activar más mi amígdala que incrementará la sensación de miedo, lejos de conseguir la ansiada calma.

Lo mismo si mi miedo es que enferme, perder a alguien, que mi matrimonio  no resista esta situación, etc. todo ello lógicamente me preocupa y si pasa será difícil…

El poder admitir que tengo motivos para preocuparme y dejar estar la emoción sin resolverla, tratando de aceptar que a veces no se puede estar completamente en calma, paradójicamente, me permitirá soltar esa preocupación y aunque la tenga de base, no pasarla a primer plano me permitirá estar en el presente pudiéndome ocupar de otras cosas y estando más preparada para afrontar la amenaza, si es que en algún momento se llega a presentar.

Aceptar las cosas tal y como son, con su correspondiente emoción asociada, nos permite no estar en alerta continua, nos permite encontrar una serenidad dentro de la tormenta. Las circunstancias pueden ser difíciles pero tengo que estar dispuesto a vivirlas,  ¡no a evitarlas!

Teniendo todo esto en cuenta:

  • Programa en el día cuando y de dónde vas a recibir la información sobre la crisis de la pandemia.  No estés todo el día buscando o recibiendo información sobre la pandemia. No hará más que alimentar tus “y sis”. A mayor información no conseguirás controlar nada, solo conseguirás disparar la sensación de incertidumbre y vulnerabilidad. Por ello, es muy importante que elijas de que medio vas a recibir esa información y en qué momento del día. El resto de dicho día, trata de desconectar y no estar mandando ni recibiendo constantemente whatsapps, etc. sobre el tema
  • No actúes compulsivamente tratando de hacer cosas para evitar el contagio o saber si estás contagiado. Cíñete a las recomendaciones oficiales

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS I

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS I

Resumiendo lo que os decía en los post anteriores, el Coronavirus nos enfrenta a una situación de pérdida de control y mucha incertidumbre, probablemente sin precedentes en nuestras vidas, aunque en la historia de la humanidad haya habido muchas crisis en el que se hayan visto amenazadas las vidas y las circunstancias de las personas. Por todo ello,  la emoción del miedo entre otras muchas, es una emoción que va a cobrar mucho protagonismo en este periodo que nos está tocando vivir y lidiar.

Cómo os decía, en la reacción del miedo podemos tratar de tener una actitud evitativa, de bloqueo o de enfrentamiento.  

En una situación de crisis que para nosotros es anormal, cualquier reacción emocional es posible y no hay que cuestionarla.

Sin embargo,  podemos tratar de gestionarla, moderarla si es posible y en todo caso aprender a apoyarnos a nosotrxs mismxs frente a esas posibles pérdidas de control que se pueden llegar a dar.

La autocompasión se define como la capacidad de acompañarnos en la adversidad, no para acabar con nuestro sufrimiento, sino precisamente porque  estamos sufriendo.

De esta manera las próximas pautas apelan tanto a la gestión de la incertidumbre como a la autocompasión.

Gestión de la incertidumbre

  1. Una de las medidas que más nos va a ayudar, estemos en las circunstancias que estemos, es poder establecer una rutina y nuevos hábitos en dichas rutinas.

Como os decía, gran parte de la ansiedad y miedo que vamos a experimentar, se va a deber a que nos han cortado nuestro caminito, mi vida estaba encauzada de una determinada manera y ¿ahora? ¿ahora qué hago con esta nueva situación en casa con familia o solas?  ¿trabajando o no?, ¿con miedos disparados o no…?

Hay una parte de la crisis que no depende de nosotrxs ya que no vamos a poder controlar ni la duración, ni el impacto a nivel social, ni individual de esta pandemia. No obstante, si hay una parte que depende de nosotrxs y que liderarla nos permitirá recudir cierta incertidumbre, y recuperar parte de sensación de control. Esto nos aportará cierta serenidad dentro de la tormenta. Cierto anclaje dentro del descontrol.

  • Tratar de mantener una rutina diaria similar de lunes a viernes y romperla los fines de semana.
  • En esta rutina diaria los horarios cobran especial relevancia. Tratar de mantener las horas de iros a la cama y de levantaros. Esto es fundamental para darnos una estructura e higiene mental. Cuando alteramos nuestros ciclos circadianos todo se hace más cuesta arriba…
  • Mantener también una estructura en la comida. Un horario preestablecido y un menú previamente pensado también nos ayudará a no comer en base a la demanda emocional por ejemplo, además de poder mantener el equilibrio entre hambre y saciación
  • El trabajo requiere un punto algo más extenso. Tratar también de trabajar siempre a la misma hora. Aunque no salgáis de casa y podáis estudiar o trabajar a vuestro aire, no lo hagáis, poneros igualmente un horario lo más estable posible. De lo contrario, al final se picotea trabajo: hago un poco ahora, pospongo, luego otro poco y cuando me quiero dar cuenta, llevo todo el día y sin desconectar y sin estar presente en las otras cosas que hemos tratado de hacer, porque en realidad tenía en mente lo que “debería” estar haciendo. Así, es mejor proponerme afrontar del tirón, trabajar x horas de tal a tal. Por supuesto, siempre en el mismo lugar, habilitaros un espacio de la casa para ello, que sea lo más ergonómico posible.

Al acabar, será importante también hacer algún ritual para soltar este rol profesional con todas sus implicaciones y preocupaciones. Habitualmente, el viaje de la oficina a casa o al lugar de destino sirve de transición para desconectar. Como ahora el viaje es corto  (del escritorio al sofá), no lo consigo y corro el riesgo de cambiarme de lugar, pero continuar mentalmente trabajando. Por ello os propongo que generéis una rutina de transición. Puede ser una rutina de ejercicios, comer si os coincide con este horario, merendar si os coincide más bien con este otro, bajar justo ahí la basura, etc. Algo que me permita soltar todo el contenido mental y centrarme en eso.

  • Es muy importante meter algo de ejercicio diario. Algo de cardio estaría muy bien, pero también algo de estiramiento. En la actualidad hay multitud de videos de yoga, pilates, etc. que nos pueden servir. El ejercicio nos ayudará a muchas cosas y también a regular nuestras emociones. Libera endorfinas y quema adrenalina. Si tenemos niños, es también fundamental para ellos, porque por lo que dicen los especialistas y sobre todo para los más pequeños, es que se puede parar su crecimiento en varios aspectos, nada que no se pueda recuperar, pero desde luego mejor prevenir que curar.
  • Otro aspecto fundamental de esa rutina, es destinar algo del día a conectarse con otras personas importantes para nosotros y que estén fuera de nuestra casa. No por whatsapp, sino por videoconferencia, llamada normal, etc. Combatir el aislamiento social es muy importante. Sentirnos conectados es una herramienta muy potente para autorregularnos.

En esos contactos, puede haber una parte de ventilación emocional. Más adelante os hablaré de la importancia de esto. Pero no dediquemos todo el espacio de la conexión social a ello. Permitámonos frivolizar y hablar de cosas cotidianas y normales. A veces, la frivolización puede costar mucho, cuando uno se encuentra muy mal e incluso eso puede ser la causa del aislamiento. Porque no lo soporto…, pero tratar de daros la oportunidad, hay muchas maneras de bajar a lo cotidiano, algunas no tan frívolas, sino solo simples: jugar online con las miles de aplicaciones que ahora hay al trivial, al parchís, etc. con unos amigos, comentar la serie que estamos viendo, etc. puede ayudarnos a cambiar el foco de nuestras emociones y sin duda, aunque pueda resultar costoso, ¡ayudará!

Aprovechemos la ocasión para tomar conciencia de las personas importantes en nuestras vidas, para decírselo y cuidarlas. Demasiado a menudo damos por hecho las cosas y también las relaciones y su existencia. No es un derecho que mis padres o mis seres queridos vivan, es un privilegio. La vida no es un derecho, no nos pertenece o desde luego no la controlamos. Ser conscientes de ello, nos hace sentir vulnerables pero también nos vuelve agradecidos y disfrutones como dice una amiga 😉

  • Decidamos previamente qué vamos a hacer con el tiempo que nos queda libre de estas ocupaciones académico- laborales y de autocuidado que os he mencionado. A veces puede quedar poco y tenéis claro que hacer con ese poco que os queda: estar -cuidar de vuestros hijos, ver la tv, etc. Pero en algunos casos, estamos hablando de personas que por ertes temporales y situaciones varias, se enfrentan a más de una parte del día sin tareas concretas. En estos casos merece la pena, pararos, sentaros y hacer una lista de cosas que os pueda resultar interesante abarcar en este tiempo: limpiar las fotos y hacer álbumes chulos para regalar o para unx mismx, puzzles, sudokus, viajar por el mundo online, programar algún viaje, museos online, manualidades miles, internet es una fuente inagotable de ideas y de proyectos. Puede ser un momento muy interesante para abordar y plantearse proyectos personales…

No tiene nada que ver, levantarme y sentir que tengo todo un día por delante (y en realidad otros muchos también …)  con el que no sé qué hacer, aunque más o menos tenga en la cabeza que realmente debería hacer cosas o lo que es peor, directamente ni sé que hacer, que levantarme un día, cuando sé más o menos como va a transcurrir. Podrá ser más o menos entretenido, podrá ser muy diferente a mi rutina habitual, pero sentir sabemos lo que vamos a hacer nos da sensación de control y por tanto de calma. Animo, sentaros y organizaros¡¡¡

El punto 2 de la gestión de la #incertidumbre lo dejo para el próximo post y tiene que ver con el manejo de los pensamientos intrusivos.
GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS III: gestionar la amenaza es gestionar la incertidumbre

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS III: gestionar la amenaza es gestionar la incertidumbre

El coronavirus afecta a una falsa seguridad que tenemos a varios niveles y que hemos ido adquiriendo en el devenir de la historia como explicaba ayer en el post de Coronavirus II.

Cuando vemos esa seguridad afectada se dispara la incertidumbre sobre diferentes posibles temas, algunos directamente relacionados con el proceso de infección del coronavirus:

  • ¿perderé a un ser querido?
  • ¿Me perderán ellos a mi?
  • ¿Me tendré que enfrentar a la muerte, a esa que con solo nombrarla, me encojo desde siempre?

y otros con temas derivados de la situación:

  • ¿Habrá una crisis económica?
  • ¿Cómo afectará esto a mi negocio, empresa o carrera laboral?
  • ¿Cómo afectará esto a mis proyectos que se han visto afectados (bodas, comuniones, etc anuladas o en ciernes…; oposiciones o exámenes de admisión varios, etc, etc.)
  • Todas estas cosas siempre despiertan pensamientos más existencialistas acerca de la vulnerabilidad de  la vida, el ser humano o su naturaleza…
  • ¿Cómo lidiaré con la nevera que es mi mayor enemigo?. Yo como psicóloga que trabaja con TCA sé que muchas personas pueden estar teniendo mucho miedo al impacto que el encierro tendrá en su relación con la comida o con el ejercicio físico…
  • ¿Cómo afectará esto a mi familia? También trabajo mucho con parejas y sé que hay miles de situaciones varias y miles de miedos posibles al respecto.
  • ¿Cómo sobre llevaré mi soledad? Hay personas que se enfrentan a pasar mucho tiempo solas y esto les puede afectar a muchos niveles por diferentes motivos también…
  • ¿Cómo sobre llevaré…? son infinitas los miedos e incomodidades que puede traer un cambio de vida para el que no estábamos avisados, ni preparados…

Todas estas preguntas que taladrarán nuestro cerebro constantemente, generarán una inquietud y mal estar con el que no solemos estar habituados a lidiar, tal y como os comentaba en Coronavirus II. Ante este mal estar nuestro cerebro primitivo (ver coronavirus I) tratará de recuperar el control y tranquilidad. Buscando y haciendo cualquier cosa para calmarlo.

  • En muchas ocasiones se tiende a minimizar o incluso negar la información que estamos recibiendo.
  • Por el contrario, la busco compulsivamente tratando de dar respuesta a todos los interrogantes que van surgiendo en mi cabeza de forma prácticamente obsesiva. Lo que yo llamo, la tiranía de los Y sis..
  • Estar recibiendo whatsapp de forma invasiva constantemente
  • Mantener conversaciones en torno a ello constantemente y/o la búsqueda de opiniones expertas o no
  • Telediarios
  • Lavándome de forma compulsiva incluso en situaciones que no necesariamente estén indicadas (mejor más que menos…)
  • Tomando medidas no indicadas como uso de mascarillas en ciertas situaciones que no protegen (bajo el mismo principio de mejor más que menos…)

No obstante al pretender restaurar y mantener ese estado de calma total, se disparará la necesidad de controlar la situación y para ello se nos disparará la dichosa incertidumbre, porque en realidad mi cerebro estará totalmente alerta para resolver cualquier cosa que amenace dicho estado. La tiranía de los “Y sis” habrá comenzado y mi nivel de angustia paradójicamente en ese intento por hacerla desaparecer, se habrá disparado exponencialmente… Esto es la famosa frase que yo siempre saco a colación: “¿quieres sopa? pues toma, !dos tazas¡”

Y ¿por qué tiene este efecto tan contraintuitivo? ¿por qué cuanto más quiero calmarme y tener todo bajo control, no puedo?

!!Porque estoy pretendiendo algo que es una falacia¡¡

No podemos adquirir la seguridad de que, por muy poco letal que sea, el coronavirus a mi no me pasará, no puedo adquirir la seguridad de que a mis seres queridos no les pasará nada….Son seguridades que no existen… ni con el coronavirus ni sin él.

Vivir implica asumir el riesgo e incertidumbre de muchas cosas que pueden generarnos incomodidad más o menos alta si sucedieran (que mi novi@ sea infiel, que me pase algo a mi o mis seres queridos, que les falte yo a mis hij@s, que me despidan, que tenga problemas económicos importantes a futuro, que sea rechazada y me quede sol@, etc…)

Nada de estas posibilidades nos tienen que dejar tranquilxs… y es falso que podamos conseguirlo…

¿Entonces? Entonces, tenemos que aprender a vivir tolerando ese mal estar, esas posibilidades y conviviendo con la respuesta emocional que se desprende de imaginarlo. Es absolutamente imposible acabar con esa incertidumbre y cuando trato de hacerlo, lo que consigo es quedarme atrapada en una espiral de  “y sis” que siempre acabarán naciendo y apareciendo, porque el control total,  la certeza total no existe y por ello será posible encontrar cosas con las que dudar o seguir enganchándome a la preocupación. En muchas ocasiones a la preocupación le damos un status mágico de prevención. Parece que si dejo de preocuparme influyo en disparar las posibilidades de que algo pase o la inversa. Esto es una falacia porque es un pensamiento totalmente mágico. No tenemos el poder de hacer que las cosas pasen con mayor o menor probabilidad porque nosotros lo estemos pensando… Si así fuera hubiéramos encontrado el método para acabar con todas las desgracias…

Por todo ello, es importante que nos comprometamos con el mal estar de la situación. Es falso que siempre tengamos que estar en una ausencia de mal estar e incomodidad. La vida constantemente nos enfrenta a situaciones incómodas. Saber acoger esas emociones con naturalidad y aprender a sostenernos en ese mal estar paradójicamente nos hará sentirnos menos vulnerables, con más recursos y podremos vivir todo el abanico emocional humano sin tantos picos en un sentido u otro…. Ni los seres humanos somos fuertes, inmortales, totalmente generosos, etc, ni nos morimos ante cualquier indicio o somos egoístas y malos, ni la vida es maravillosa ni es un infierno. Para renunciar al mal estar extremo, tenemos que renunciar al bien estar en ausencia de incomodidad total¡

Se que es difícil, pero os aseguro que es posible y lo veo a diario con mis pacientes¡ En muchas ocasiones me dicen que el mayor descubrimiento que han hecho en sus vidas, sin duda, ha sido el casarse con el mal estar.

Mañana publicaré entonces cuáles serían las recomendaciones para vivir la incertidumbre que está situación como hemos visto nos trae en tantos frentes.

Y por favor, vayamos reflexionando que todo esto nos conecta a todos con muchas vulnerabilidades y dificultades. Tratemos de cuidarnos y de cuidar a los demás ejerciendo las medidas preventivas necesarias, pero también respetando a todos, nunca sabemos lo que hay detrás de cada ser humano.

 

 

Gestión emocional del coronavirus II: contextualizando la amenaza…

Gestión emocional del coronavirus II: contextualizando la amenaza…

Siguiendo con mi historia, cuando desde la serenidad (que no complacencia) que me otorgó el abandono de la lucha asumí que tocaba hacer cambios, comenzé a buscar soluciones a la logística que antes ni se me habían revelado como posibles, el pensamiento creativo en el modo lucha, está totalmente bloqueado y sesgado hacia el NO PUEDO O NO ES POSIBLE (en realidad ¡no quiero esto¡). Entonces también empecé a buscar una información fiable y a poder ser, no redundante.

Comencé hacerme una idea de en qué consistía la verdadera amenaza del coronavirus y de cuál iba a ser el escenario previsible a medio plazo con el Covid 19. El mismo miércoles, antes de que se tomaran muchas medidas que después se han ido implementando hasta llegar al día de hoy, en el que estamos en estado de alarma, pensé que todos los compromisos que tenía se iban a ir cayendo uno tras otro y sin que yo tuviera que hacer nada, las cosas van cayendo por su propio peso… También pensé, que probablemente más tarde que temprano, íbamos a tener que quedarnos todos en casa y el tema de la logística dejaría de ser un problema en sí mismo, y que quizás para mayo todavía no habríamos terminado de normalizar la situación, es decir que venía para largo la amenaza, también pensé que era probable que alguno de mi círculo cercano o yo misma, pasaramos por enfermar del coronavirus y que así mismo nos recuperáramos.  Pensé en la posibilidad, que no en la probabilidad, al menos en mi caso, que alguno de este círculo cercano pudiera morir por este virus, y después lo dejé estar sin resolver, pues no es posible, pero sin darle mayor atención tampoco, al considerarlo solo una posibilidad y pensar que sólo si se hiciera más probable retomaría dicha preocupación.

No soy para nada vidente, pero cuando te encuentras en disposición de poder afrontar consecuencias, estas se revelan en su justa medida, ni más, ni menos….

¿Por qué muchas personas que veo o me cuentan siguen en estado de negación, aún con el estado de alarma o por el contrario, están muy alarmadxs, incluso, muchxs en pánico?

Esto tiene que ver con dos conceptos importantes, común a todos los humanos y presentes en nuestra vida y sobre todo en procesos de cambio como es este, que nos saca totalmente de nuestra cotidianidad en muchos sentidos

  1. La  percepción de control
  2. La incertidumbre

Antes de hablar sobre cómo funcionan estos conceptos y como tratar de gestionarlos haré un pequeño preámbulo para que también los entendamos desde nuestra perspectiva actual.

Vivimos en el siglo XXI, un siglo que ha nacido y sigue impulsando una alta y a veces falsa percepción de control.

La humanidad se ha dedicado durante siglos sólo a sobrevivir. Los  peligros y amenazas eran la norma y el sistema del que os hablaba en el primer post de esta serie, sobre la huida o enfrentamiento (la respuesta de miedo) ante las amenazas, nos ha ayudado a la especie a ser capaces de detectar esos múltiples peligros e ir cada vez, buscando más formas de neutralizarlos y/o defendernos de ellos.  Hasta llegar a nuestros días, cuyo control en la gestión de esas amenazas, nunca fue soñado ni por un cavernícola, medievo, ni ilustrado siquiera…

Pero es que ni para el hombre  del siglo XX, la muerte y la enfermedad representaba lo mismo que hoy , ni se vivía de la misma manera…  Los abuelos o bisabuelos de muchos de nosotrxs vivían con relativa normalidad  que sus bebés no pudieran nacer, o nacieran con problemas, o la madre tampoco saliera adelante, o si lo hacían, que alguno de los hijos se quedará en el camino o si salían adelante cualquier enfermedad pudiera hacer que con 20, 30, 4o o 50 murieran o quedaran muy condicionados por dicha enfermedad.  Sentían la tristeza como cualquiera de nosotrxs a día de hoy sentimos si perdemos a un ser querido, pero aceptaban como probable perder un hijo o un ser querido y asumían su propia mortalidad, sabiendo que en cualquier momento podían morir por causas incontrolables…

Hoy en día, muchas embarazadas no se plantean como posibilidad que su bebé quizás pueda no superar el primer trimestre o desde luego, no vivimos como  “normal” que un niño o joven 30, 40 o incluso 50 años muera por enfermedad…

Consideramos que es anormal, del todo inesperable y  una injusticia, un error el que la medicina no haya sabido o podido parar ese proceso, etc. Sentimos que tenemos derecho a vivir hasta los 90 en la cama, que es la única muerte que tendemos asumir más como normal y natural….

No queremos ni oír hablar de la muerte y de cuando nos moriremos, e incluso de la enfermedad (que sin duda, más tarde o más temprano, también aparecerá)

Todo ello hace que nos sintamos falsamente inmortales, inmunes y con la realidad bajo control.

Cuando la realidad nos azota con ejemplos de lo contrario: desastres naturales, cambio climático, enfermedades nuevas y algunas de ellas virales  y a su vez también incontrolables como es el caso presente, quedamos emocionalmente desmantelados.  No estamos acostumbrados y habituados a tener que lidiar con este nivel de incertidumbre y percepción de descontrol… Nos sentimos totalmente VULNERABLES y solo una solución es posible. Todos damos por hecho que controlaremos el virus y todo acabará y solo cuando eso llegue, podremos volver a la sensación de control total de nuevo, de estar a salvo, sanos y seguros…

Hasta este punto ha llegado nuestro nivel de control, hasta llegar a dar por hecho que esto ocurrirá, y además, lo cierto es que ocurrirá…

Pero si os dais cuenta, en la actualidad, solo sabemos regularnos en la ausencia de amenaza o miedo…eso en realidad, nos está haciendo más frágiles que nunca frente al dolor emocional y por ello cada vez que sucede una situación de crisis las respuestas pueden ser muy intensas y extremas.

En el próximo post os explicaré el impacto que este tipo de situaciones que nos enfrentan al cambio, que nos conectan con la sensación de descontrol e incertidumbre, tienen sobre nosotros. Cómo operan estas emociones y que tendemos a hacer para restaurar la calma y como eso, lejos de conseguir calmarnos, al contrario, nos condiciona más, y por tanto, cuál sería el camino a seguir.

Quiero deciros que todo esto que explicaré, nos ocurre a todos los hombres desde que somos hombres, nuestro cerebro funciona así, con toda esta información previa de este post, solo quería contextualizar como lo que vamos a ver en la actualidad hace que lo que explicaré todavía se de en mayor intensidad.

Quiero decir con esto, que es normal que todos sintamos estos días un estado de alerta y cierta preocupación por frentes varios que nos abre esta situación, pero son muchos los que esa cierta preocupación e incomodidad la están viviendo como algo desbordante por completo… y esto, entre otros factores ya individuales, tiene que ver con nuestro empobrecimiento a la hora de saber manejar las situaciones de descontrol e incertidumbre. Nuestro umbral de tolerancia a estas emociones es considerablemente menor de lo que lo ha sido nunca…

La fisiología de la ansiedad según Walt Disney

La fisiología de la ansiedad según Walt Disney

Que sorpresa me he llevado cuando he podido ver explicado en un vídeo de 10 minutos en forma de dibujos animados como funciona nuestro organismo frente a las potenciales amenazas con las que nos encontramos, sean estás reales o solo interpretadas como tales…

Ciertamente como dice el vídeo, la cronificación de esta respuesta de estrés puede llevar a dañar nuestro organismo en mayor o menor medida.

Pero lo que es muy importante también comprender,  es que el estrés es una respuesta que en ocasiones se va a desencadenar de manera adaptativa, ayudándonos a responder ante determinadas situaciones,  pero en otras ocasiones no va a ayudarnos tanto y se convertirá en una sensación muy incómoda. Se tratará entonces de aprender a dejar de ver amenazas donde no las hay, pero hasta que eso se produzca, nos tocará vivir con esa sensación incómoda. De lo contrario, la posibilidad de sentir ansiedad y pasarlo mal se acabará convirtiendo en nuestra propia fuente de amenaza y peligro.

Las personas que tienen reiterados picos de ansiedad vividos con angustia (ataques de pánico), están centrados precisamente en esto. Centran todos sus objetivos en intentar evitar que su organismo se estrese y tenga esta sintomatología tan molesta, convirtiéndose dicha presión en la propia activación de la alarma del vídeo.

MM_100x100px

 

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies