¿Qué sentiríamos si escuchamos a un desconocido dirigirse a alguien en los términos en que nos dirijimos a nosotr@s mism@s?
El vídeo que os comparto al final de este post de una campaña de Dove, me parece buenísimo para entender como la actitud de auto-crítica y castigo al que nos sometemos, nos parece totalmente despiadado cuando se lo escuchamos a otras personas.
Tenemos muy trillada la frase de trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti.
Pero…
¿qué pasa con tratarte a ti mism@ con el mismo respeto, amabilidad y benevolencia con la que tratas a los demás….?
No solemos ser conscientes del diálogo interno que tenemos. Normalmente tenemos una voz crítica activada que nos enjuicia a cerca de como nos sentimos, de los resultados que obtenemos, de como somos, etc.
¿No creéis que nos debemos, como mínimo, el mismo esfuerzo y respeto con el que tratamos a los demás y nos sentimos buenas personas por ello?
Estos dos minutos que os dejo a continuación, se centran en la población de las mujeres y del aspecto físico, lo cual es muyyy representativo de esta voz implacable y enjuiciadora, pero desde luego es generalizable a ambos sexos en un montón de aspectos diferentes de la vida.
Una pata esencial del mindfulnes es la #AUTOCOMPASIÓN
La qué?? Esa palabra fea¡¡¡?? Eso es un objetivo en sí mismo???
Pues sí¡¡¡ Como es posible que vivamos la compasión hacia los demás, los animales y todo ser viviente como un valor y hacia uno mismo como un antivalor???
El aprender a apoyarnos en los momentos más difíciles, cuando estamos atravesando por las emociones más incomodas como la vergüenza, la tristeza, la ira, etc., me parece una de las habilidades emocionales más importantes.
Si no somos nuestros mejores apoyos emocionales, posiblemente lo buscaremos en los demás y nos quedaremos a merced de la empatía del de enfrente :(((
Así que hoy, os dejo una canción bien pegadiza de Café Quijano, que se llama PERDONARME.
La letra de la canción pide a la pareja que le perdone, y lo argumenta muy bien. Pero ¿somos capaces de darnos ese mismo mensaje a nosotros mismos?
Os invito a escuchar la canción pero haciendo el ejercicio de imaginar que todo eso, no se lo digo a alguien que nos ha hecho daño, sino a mi mism@:
“Perdonarme
Aunque se que no es tan fácil perdonarme
Hoy te pido que me dejes demostrarte
Que se aprende de los fallos
Y que entiendo que te duela
Que estés triste y te cuesta perdonar”
Me encanta como acepta la emoción, los errores duelen, cuesta muchas veces perdonarse, pero….es imposible no cometer fallos y la tarea es aprender y seguir adelante.
!!!!Ánimo¡¡¡¡ Cómo dice la canción, no es fácil, pero posiblemente es NECESARIO, si queremos estabilidad emocional.
¿A veces te has sentido agotad@ al sentir que se libraba una auténtica batalla en tu cabeza entre diferentes voces que te dictan cosas diferentes?
Buenas noticias¡¡¡ No estás loco, ni hay que tirar la toalla¡¡¡
Solo eres humano y como tal tu cerebro consta de:
1.- Cerebro rectiliano preparado para responder de manera impulsiva, para conseguir logros para la pura supervivencia. La tortuguita que sale de su huevo en la playa sola sin su mama, ha de conseguir llegar a la playa, y para ello está dotada de reflejos que la permitirán lograr la supervivencia.
2.- El sistema límbico, correspondiente a nuestra etapa evolutiva como mamíferos que sobrevivieron gracias a la respuesta de enfrentamiento-huida frente a la presencia de peligros potenciales para, de nuevo, la supervivencia.
3.- Y por fín, y por último de momento, el neocortex, correspondiente ya a nuestra etapa como seres humanos con razocinio y capacidad para gestionar dichas amenazas, con la tendencia a crear afiliación.
Estas tres capas cerebrales que se han desarrollado una encima de la otra, hace que hoy percibamos varias voces, cada una con un propósito. Aún hoy día nos sigue siendo útil, a veces, sentirnos amenazados, no obstante, es un aprendizaje el poder regular dichas voces que nos llevan a sentirnos amenazados y por tanto a actuar para conseguir logros y dejar de sentirnos así (los famosos “deberías” u obligaciones que nos autoimponemos que pocas veces conseguimos que al final se traduzcan en acción desde el sentimiento de amenaza).
El objetivo como tan bien explica el vídeo es aprender a fortalecer la voz de la afiliación, de la compasión, que me lleva a reconocer el miedo pero no a dejarme guiar por él, todo un arte la verdad¡¡¡ Pero que arte más apasionante y necesario para poder vivir en paz con nosotros mismos y lo que nos rodea.
¿Evitas tomar decisiones, afrontar relaciones u otras cosas importantes en tu vida?
Has conseguido logros, ¿pero te sientes incapaz, a pesar de ello, de valorarlos o disfrutarlos?
Los riesgos, la incertidumbre y la posibilidad de ser rechazados no son opcionales, es algo inherente a estar vivos, va a suceder, y solo si no me resisto y sigo adelante a pesar de ello, conseguiré aprender a disfrutar de mis logros y a valorarme.
Solo si me permito fracasar, podré conocer, y lo que es más importante, disfrutar del éxito.
Pero si la meta es evitar el fracaso a toda costa, quizás consiga una vida algo más cómoda por no tener que asumir riesgos, pero como consecuencia colateral, no podré evitar el mal estar de la inseguridad constante, viviré continuamente bajo la amenaza del posible fracaso inminente
– “Cada uno decide que quiere priorizar, si comodidad o seguridad”
– “¿Pero no puedo elegir ambas cosas a la vez?”
– “NO, es incompatible y una falacia”
Si vives, también sufres y fracasas PERO….a cambio VIVIRÁS, crecerás, aprenderás y terminarás consiguiendo cosas importantes para ti, que serás capaz de valorar por cuando no las has tenido y por lo que has luchado por ellas.
!Ya he tenido que poner en el título de un post la palabra mediocridad¡
Los que me conocen saben el poder que tiene y le otorgo a la mediocridad…
Desde que somos pequeñitos nos hablan de ser la mejor versión de nosotros mismos, huir de la mediocridad, hay que luchar¡, hay que mejorar¡ hay que aspirar¡
Y ciertamente, todos nacemos con un amplio margen de mejora y muchas veces el ser humano es capaz de conseguir las cosas que se propone… pero, si ponemos en primer lugar la atención solo en lo mejorable, ¿qué ocurre con nuestra aceptación? ¿qué ocurre con las cosas que ya están bien en nosotros y son valorables? ¿qué ocurre con aquellas cosas que nos cuestan pero que nos hacen ser quiénes somos?, ¿qué ocurre cuando algo no lo conseguimos, cuando tardo más tiempo o ensayos de los que me gustaría, o cuando al trabajar en mejorar algo no consigo avanzar en otras cosas porque no somos omnipotentes?
A veces se nos olvida que la AUTOACEPTACION, el derecho a querernos, a sentirnos con valor y dignidad frente a nosotros mismos y a los demás, no está solo en la posibilidad de superar nuestras limitaciones.
Antes de mejorar, tenemos que aprender a reconciliarnos con nuestras VULNERABILIDADES, reconocer que no somos perfectos y por tanto cometemos errores y que hay cosas que no nos salen, no llegamos, no somos capaces de hacer bien y por lo tanto tampoco podremos evitar las críticas, defraudar a alguien, acumular recuerdos, relaciones o decisiones que nos hubiera gustado hubieran sido diferente.
Todo ello nos enfrenta a emociones de frustración, descontrol y vulnerabilidad, pero no por ser incómodas dichas emociones, tenemos menos derecho a ser vulnerables, a sentirnos con dignidad a pesar de todo y a partir de ahí a ver que podemos hacer por mejorar y sentirnos mejor. Pero solo a partir de la reconciliación y la compasión con nosotros mismos.
Brene Brown, con gran humor nos habla muy bien de la importancia de acoger nuestra vulnerabilidad para poder establecer relaciones satisfactorias con los demás y para poder acceder a emociones relacionadas con el bien estar.
Para mí, es muy reconfortante comprobar como personas importantes que han influido en la construción del carácter de muchos jóvenes basaban sus enseñanzas en un modelo de autovaloración y éxito como el que describe John Wooden en su charla y que os dejo al final del post.
Es un modelo que trabajo día a día en terapia, y que entra en conflicto, no obstante, con los mensajes que nos llegan muy frecuentemente desde los profesores de nuestros hijos, nuestros propios jefes o compañeros de trabajo, amigos y por supuesto familia. Todos ellos inmersos en una cultura buscadora del bienestar a través de los resultados, pero una cultura definitivamente fracasada en generar individuos felices.
Todos ellos quieren que destaquemos, que no seamos mediocres porque eso nos llevará al éxito en las metas que nos propongamos (sociales, laborales, familiares o personales) y por tanto a ser felices.
Es una premisa que con demasiada frecuencia compruebo que es falsa y equivocada.
Tratar de no ser mediocre y destacar entra en conflicto con la definición de éxito que el entrenador John Wooden, en este caso, define muy bien.
No tener en cuenta nuestra línea base ni nuestros esfuerzos, solo los resultados, lleva directamente en muchas ocasiones a la ansiedad y miedo al fracaso, ala baja autoestima y por lo tanto a empeorar nuestros potenciales.
Muy distinto es lo que plantea John Wooden de que si te esfuerzas en hacer lo mejor de lo que eres capaz de hacer, “ los resultados serán lo que deben ser, no los que te gustarían”, pero sí los que serás capaz de valorar y gestionar por ser realistas a corto y largo plazo.
Generalmente este planteamiento del éxito sobre papel puede parecer razonable, pero… ¿realmente estamos dispuestos a centrarnos más en forjar y disfrutar de nuestro “carácter” y abandonar el esfuerzo por controlar nuestra “reputación” ?
Os propongo que reflexionéis y que lo hagáis con una tarea concreta.
Elegir un ámbito de vuestra vida que a día de hoy más os esté costando y eso os preocupe. Plantearos si estáis dispuesto a no luchar porque acabe siendo como habéis predicho que deba ser y empezar a trabajar sin miedo a hacer solo lo que esté en vuestras manos, veréis como el resultado quizás no sea totalmente el esperado pero seguramente seréis capaces de disfrutarlo y valorarlo más que en el otro caso.
Ejemplos: estudiaré el examen de inglés, nivel advance, no para aprobar sino tratando de aprovechar lo mejor posible los momentos que he decidido que son realistas dedicarle en este momento de mi vida, disfrutaré de la decoración de mi nueva casa desde las limitaciones que me impongan mi situación económica, de tiempo y mis capacidades para decorar; cuidaré mi alimentación en función de mi ritmo de vida y haré el deporte el tiempo que también a día de hoy estoy dispuesta a invertir sin renunciar a otras cosas que no quiero renunciar y el resultado será un aspecto físico y salud que no tiene que ser el que más me gustaría pero el que soy capaz de mejorar partiendo de mi línea base y autolimitaciones a día de hoy.
¡¡Suerte¡¡ Vuestra autovaloración y estado emocional os lo agradecerá…
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