La psicóloga Susan David nos expone en estos escasos 17 minutos las siguientes ideas centrales:
La belleza de la vida es inseparable de su fragilidad: somos jóvenes hasta que no lo somos, caminamos de manera sexy por las calles hasta que nos damos cuenta que somos invisibles, estamos sanos hasta que un diagnóstico nos doblega. Lo único cierto es la incertidumbre.
Un tercio, ¡un tercio¡, de una muestra de 70.000 personas se juzgaban así mismos por tener “malas emociones”
A los niños fracasamos en ayudarlos precipitándoles a soluciones para no tener emociones naturales y normales que ahora vemos como buenas o como malas, pero que son intrínsecamente buenas porque nos aportan mucha información.
Ser positivo se ha convertido en una nueva forma de rectitud moral¡¡
Es una tiranía de la positividad’¡¡ Es cruel, malvada e ineficaz nos lo hacemos a nosotros y a los demás…
Los psicólogos sabemos y transmitimos que las emociones que se niegan se hacen más fuertes . Tu piensas que las controlas pero ellas te controlarán, el dolor interno siempre saldrá a la luz
Cientos de personas me han dicho que no quieren sentir, dicen cosas como: “No quiero intentarlo porque no quiero sentirme decepcionada” o “quiero que este sentimiento desaparezca” “Entiendo” les digo, “pero usted tiene metas de una persona muerta” Solo a las personas muertas no les molestan sus emociones indeseables, solo los muertos se estresan, se les rompe el corazón, no experimentan la decepción que viene del fracaso…
Las emociones indeseables forman parte del contrato con la vida, la aflicción es la tarifa de entrada a una vida significativa
Sin mencionar la palabra compasión, Susan David nos da una espléndida definición de la misma.
Cuando nos permitimos sentir, conseguimos no identificarnos con la emoción, sólo entender qué información nos aporta esa emoción sobre nosotr@s mism@s, y entonces….nos conseguimos ver¡¡¡ Nos entendemos y conseguimos encontrar nuestro camino, saber hacia donde dirigirnos.
Al escucharnos de verdad, sin juicios y sosteniendo todo el miedo que supone permitir sentir, conseguimos descubrir nuestros verdaderos valores¡¡¡ El coraje de sentir, la valentía de sentir nos lleva a poder vernos y guiarnos más allá del miedo y la necesidad de ser amados a cualquier precio y esto a la vez, nos lleva a poder ver y conectar con los otros de una manera mucho más genuina. La conexión con uno mismo y con los demás nace de la aceptación radical de las emociones.
Cada vez sabemos más del cerebro, la psicología desde hace tiempo estudia la motivación y sabe que es muy difícil cambiar hábitos y pasar de lo que sabemos desde un plano teórico/intelectual, a acción.
Esto en muchas ocasiones, nos frustra y deteriora nuestra autoestima y dispara la creencia de lo que no somos capaces de hacer. Una y otra vez vivimos situaciones en las que me doy cuenta que sabía lo que tenía que hacer pero NO LO HAGO¡¡¡ 🙁
Mel Robbins nos explica, también a través de su propia experiencia, como el cerebro tiene trucos para supuestamente protegernos de lo que él percibe como amenaza, por lo que si hay algo que nos cuesta, o el cerebro percibe que dudamos de ello, comienza a activar todos los trucos posibles para que no pasemos a la acción.
Esto pasa a formar parte de círculos cerrados codificados en los ganglios basales. Entramos en bucles de pensamiento que hace que no cambiemos los hábitos (ella lo llama: brecha de acción del conocimiento).
La regla que ella propone, en realidad nos ayuda a activar la parte más nueva de nuestro cerebro, el Neo Cortex. Así activamos el estado de consciencia (atención plena) y de esta forma podemos aprender y producir cambios.
Realmente interesante todo lo que desgrana, llevamos mucho tiempo, enseñando a cambiar hábitos, pero cada vez tenemos más formas de entender la desmotivación y abordarla. Y esta no pasa solo por cargarme de razones positivas y decirme que ¡me voy a comer el mundo! Pasa por dotarme de herramientas para poder comenzar la acción. Por aprender a no dudar frente a todos los inconvenientes iniciales.
Y como yo siempre digo ¡ la acción, llama a más acción¡ Ella aquí explica que en realidad, esto en sí mismo, se convierte en un nuevo hábito, y así es¡¡¡
“Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia” Reinhold Niebuhr
Un alto porcentaje de las problemáticas que trabajo en consulta tienen su origen en negarse a aceptar variables que escapan totalmente a nuestro control.
Vivimos un momento social que nos mandan mensajes continuos haciéndonos creer que la realidad se puede modelar a nuestro antojo y podemos DECIDIR cuál es la forma en la que queremos ser felices.
Bien prontito hacemos una carta de deseos, que convertimos en necesidades para alcanzar dicha felicidad y nos pasamos el resto de nuestras vidas comparando nuestra realidad con el listado de esa carta ( no quiero morir jóven, no quiero enfermar, no quiero perder seres queridos, quiero tener pareja y familia pero sin renunciar a nada, no quiero envejecer, quiero tener compañeros de trabajo, quiero una pareja que me quiera y por tanto no haga nada que me moleste, jefes y familia política con los que poder establecer relaciones afectivas y positivas, quiero triunfar pero sin renunciar a criar y disfrutar de mis hijos, quiero hijos sin problemas y totalmente felices, quiero comer, ir a todos lados en coche y tener un cuerpo 10¡….). El resultado de tal comparación suele dar un resultado deficitario. Y aquí viene el enfado y frustración con los demás, con la vida o con uno mismo, porque sino me enfado, entonces !estoy aceptando algo que no me conduce directamente a la felicidad que yo había planificado¡ y por tanto, estoy eligiendo no ser feliz, !!en que cabeza cabe hacer ese tipo de elección¡¡ !!Yo quiero ser feliz¡¡
¿Pero, confundir la motivación y el esfuerzo en mejorar nuestras circunstancias que realmente puedan ser mejorables, con la capacidad para no permitir que ciertas cosas que no dependen de mí realmente, ocurran o sean así, me va a llevar realmente a la felicidad?
La autora de la saga Harry Potter quiso transmitir a estos jóvenes que como ella esgrime en el propio discurso, es de suponer que están poco familiarizados con el fracaso, y sobre todo con el concepto de fracaso de la mayoría de la población, la importancia del mismo por un lado y también de la imaginación, pero de la imaginación en un sentido muy particular.
Ella misma nos cuenta como parte de su éxito solo fue posible a haber tocado fondo, ya no podía tener miedo al fracaso porque ya lo había cosechado. Eso le dio la fuerza y la determinación para ser quien quería ser y hacer lo que quería ser. Desde que somos adultos asumimos la responsabilidad de lo que somos más allá de nuestra educación. No podemos evitar fallar, y tenemos que aprender que la vida es algo más que un listado de logros.
Además, hace una de las descripciones más bonitas y para mi certeras de lo que es la empatía y el poder que el ser humano posee con ella y a través de ella. La empatía se da gracias a imaginación, a la posibilidad de imaginarnos el ser y el vivir de otras vidas y realidades. No necesitamos magia para vivir en un mejor mundo. Ya tenemos el mayor de los poderes que es nuestra imaginación. Y todo poder entraña una gran responsabilidad.
Ojalá podamos identificar el momento que toquemos nuestro fondo (todos tenemos uno) y podamos identificarlo como nuestro momento para aprender a movernos por nuestras motivaciones verdaderas, por quienes somos realmente y no tanto, solo por la evitación del fracaso.
En esta ocasión os dejo de nuevo, un vídeo que nos invita a reflexionar ya no solo sobre que es lo importante en nuestra vida, sino también como queremos vivir esas cosas importantes. Potenciar la creatividad, la motivación, la ilusión por lo cotidiano y novedoso parecen ser ingredientes importantes para vivir una vida colourfull.
¿Qué opináis vosotros? ¿Estáis de acuerdo? ¿Conseguimos encauzar la ilusión de nuestros hijos sin matarla e impregnarnos a su vez, nosotros mismos de ella?
Este vídeo nos hace reflexionar, de lo importante que es “no ir por la vida como pollos sin cabeza”, y reflexionar cuáles son nuestras verdaderas prioridades en nuestra vida.
No todo tiene el mismo orden de importancia, y nos ayudará mucho aprender a ajustar el tiempo que le dedicamos a las cosas en coherencia con el grado de relevancia que hemos decidido que tiene para nosotros, sino la vida pasa y las circunstancias, importantes para nosotros o no, acaban dirigiendo nuestra atención, recursos y tiempo.
Parar a reflexionar sobre nuestras prioridades !SI es importante¡
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