Cuando nuestro deseo de querer y ser queridos se transforma en dependencia

Cuando nuestro deseo de querer y ser queridos se transforma en dependencia

En ocasiones he publicado cosas relacionadas con el perfil de personas que tienden a extender sus malévolas redes para generar en sus parejas una dependencia emocional que suele ser destructiva y dolorosa.
Pero hoy os hablo del otro lado de la moneda.
A veces, es nuestro propio perfil, nuestra forma de vincularnos que nace de nuestros aprendizajes previos, nuestro modelo de apego en la infancia y nuestra autoestima, la que nos lleva a transformar las relaciones que establecemos muy frecuentemente con nuestras parejas, pero en otras ocasiones también en la relaciones paterno-filiales, etc.

La dependencia emocional se considera una adicción sin sustancias con los siguientes síntomas:

  1. La necesidad de estar junto a la pareja y de tener constantes manifestaciones de afecto.
  2. Ansiedad si no recibe atenciones por parte del ser amado.
  3. Piensa a menudo en su relación a lo largo del día.
  4. Hay un desequilibrio porque las necesidades del otro priman sobre las suyas.
  5. Idealización de la relación o de los momentos que pasan juntos.
  6. Necesidad de estar en constante comunicación.
  7. Incapacidad de manejar la compulsión si el otro no responde como espera, por lo que, puede enviar interminables WhatsApps.
  8. Siempre elige estar con su pareja frente a quedar con amigos.
  9. Pánico a perder la relación y, si se produce, es un auténtico shock emocional.
  10. Angustia vital ante la idea de quedarse solo.

Este artículo No lo llame amor, es dependencia,  explica muy bien cuáles son las características de una persona dependiente y todo lo que rodea a estas relaciones.
Las soluciones que aporta, no obstante, desde mi perspectiva, son más propias de este tipo de post divulgativos, que nos ayudan mucho a aportar conciencia de cosas, pero no tanto a cambios reales y significativos. En este aspecto y desde mi perspectiva,los que escribimos post en general, lógicamente nos quedamos cortos en el planteamiento de cosas tan importantes y complejas.
En los casos que veo en consulta hay que hacer un trabajo más profundo en el funcionamiento de la persona, pero desde luego muy gratificante y bonito, cuando !por fin¡, va cogiendo las riendas emocionales de su vida. Los testimonios a posteriori de la forma en la que se colocan y se sienten en las relaciones, son espectaculares.
El otro día, una paciente después de un camino de verdadero cambio interno, está alucinando con como se están transformando sus relaciones al rededor. Decía que se sentía como si hubiera descubierto un Super Poder. Éste, no es “una visión que atraviesa materia viva y lee el pensamiento de los demás”, o “la capacidad para anular la voluntad de los demás y hacer lo que yo quiera”, etc, no, el Super Poder al que se refería, era la capacidad que había adquirido de mostrarse en todas sus dimensiones y en todas sus relaciones con un respeto genuino hacia ella misma y por ende, también hacia los demás. Es increíble las relaciones tan auténticas y satisfactorias que se establecen cuando se funciona con este Super Poder.
Solo quiero animaros con este testimonio a afrontar el trabajo que supone aprender a soltar esa dependencia.
A veces, no se ve la luz al final del túnel y nos resignamos, pero la Luz está ahí para nosotrxs, “solo” tenemos que recorrer el camino hacia ella….

 

 

 

 

LOS CINCO MITOS DE LA AUTO-COMPASIÓN

LOS CINCO MITOS DE LA AUTO-COMPASIÓN

¿Eres de los que ser una persona compasiva te parece algo importante, una cualidad encomiable?

¿Te parece importante ser amable, benevolente, simpático y empático con los demás? 

¿Te parece igualmente importante tener el valor de ayudar y cuidar a los demás? ¿Tratas de inculcar todo esto a tus hijos si los tienes, o así lo harías, si los tuvieras?

Pero…..

¿También eres de los que, por el contrario, consideras que tener AUTO-COMPASIÓN se relaciona con otros contravalores como autoindulgencia, egoismo, autocompadecimiento, ensimismamiento, etc…?

A día de hoy, todavía, somos muchos los que vivimos pensando que somos mejores personas si damos lo mejor de nosotros a los demás, pero que si nosotros mismos no cumplimos ciertos estándares y no nos culpamos o castigamos por ello, por defecto nos convertiremos en personas egoísta, pecadores por soberbia o lo que es peor la complacencia moral.

La auto-compasión significa aceptar que formamos parte de la humanidad, y que la humanidad entera sufre, por unos motivos u otros. El saber que nuestro sufrimiento no es fuente de vergüenza, nos permite sentirnos reconfortados y nos permite también escuchar y abrazarnos en el sufrimiento, tal y como hacemos con el sufrimiento de los demás.

A los demás no les culpamos de sus desgracias, ni tendemos a juzgarles por ellas. Cuando somos compasivos con ellos, tratamos de validar su dolor y hacerles notar con AMABILIDAD física y verbal que nos tienen ahí y pueden contar con nuestra comprensión y apoyo. Desde ahí el otro se siente reconfortado y le es más fácil gestionar su dolor y sus causas.

Por ello, la compasión nos ayuda a afrontar la vida con resilencia y ecuanimidad emocional, nos ayuda a estar de una manera más sana en las relaciones con los demás y nos ayuda a valorarnos más allá de nuestros “fracasos” y vulnerabilidades.

Kristin Neff, nos explica como la ciencia está consiguiendo desterrar los cinco mitos que suele existir entorno al término de auto-compasión.

1.- La auto-compasión es una forma de auto-compadecerse: ella nos demuestra a través de ciertos experimentos y estudios como la auto-compasión más allá de dejarnos ensimismados, consigue lo contrario. La aceptación de que el sufrimiento es humano y la capacidad para cuidarnos en el dolor, sin tratar de identificar “porque esto no debería de ocurrirme”, permite soltar más rápido y de una manera más efectiva ese dolor.

2.- La auto-compasión significa debilidad: de nuevo nos demuestra como cuando tratamos de desconectarnos de nuestras emociones dolorosas no conseguimos avanzar en las dificultades de la vida. No podemos identificar las heridas  o dificultades y por ello no podemos curarlas o avanzar. La auto-compasión me permite entenderme y por tanto facilitarme aquello que necesito para avanzar.

3.- La auto-compasión me hará complaciente: cada vez hay más datos acerca de que la auto-compasión lleva a la motivación constructiva y a fortalecer la responsabilidad personal y que la autoflagelación por el contrario lleva a la vergüenza y su consiguiente evitación (no enfrentarmos) y/o negación (no responsabilizarmos).

4.- La auto-compasión es narcisista: cuando basamos nuestra valía y por ende nuestro bien estar en los resultados,  en que seamos especiales y destaquemos entre la multitud y por tanto estemos por encima de la media en algo, estamos abocados a la inestabilidad emocional. Los resultados varían constantemente dependiendo con quién nos midamos, en qué nos midamos y en qué momentos nos midamos. La auto-compasión nos ayuda a mantener una estabilidad emocional. Independientemente de nuestros resultados podemos valorarnos y sobre todo acompañarnos en dichos resultados. La auto-compasión no es un juicio acerca de nosotros mismos, es una manera de relacionarnos con  el ser que somos, siempre tan cambiante, desde la aceptación y amabilidad sobre todo cuando fallamos. La auto-compasión nos ayuda a convivir con nuestra imperfección humana, mientras que la necesidad de valoración narcisista requiere sentirnos por encima de los demás.

5.- La auto-compasión es egoísta: partimos de unas enseñanzas en las que se presupone que si somos amables con nosotros mismos e invertimos tiempo y esfuerzo en cuidarnos automáticamente no somos capaces de hacerlo con los demás o lo hacemos en detrimento de ser compasivos con los demás. O que si somos buenas personas y altruista necesariamente tenemos que ser horribles con nosotros mismos, como requisito para ser personas bondadosas¡¡¡

La realidad es que cuando estamos centrados en el auto-machaque en realidad no nos podemos centrar en otras cosas, paradójicamente estamos mucho menos disponibles (nos volvemos inevitablemente egocentristas). Cuando nos sentimos nutridos en nuestras necesidades emocionales esenciales, nos sentimos mucho más abiertos y disponibles. Las evidencias científicas avalan a las personas que son más auto-compasivas como mejores cuidadores y apoyos emocionales. También son más capaces de establecer relaciones con apegos seguros (el tipo de apego familiar que recibimos en la infancia según  las investigaciones científicas,  se está manifestando como el mayor factor de riesgo o por el contrario de prevención de riesgo de trastornos y problemas mentales a lo largo de la vida).

Por último añadir que sería fundamental que los profesionales de la ayuda  desarrollen en primera instancia, la auto-compasión, porque eso les lleva a desarrollar un escudo protector que les permite recoger el dolor y sufrimiento del otro desde una postura de ecuanimidad, necesaria para darle el espacio que necesita el otro, para sentir lo que siente y evolucionar al ritmo que necesite evolucionar, sin que se vean involucradas nuestras propias emociones. Es decir, nos permite ser más respetuosos, tolerantes con el dolor ajeno y desde ahí  apoyos más reconfortantes y efectivos. De esta forma, otra consecuencia también,  muy importante, es que ayudaría a prevenir lo que se ha dado en llamar FATIGA POR COMPASIÓN, que es un formato del famoso burnout.

*Artículo original publicado en Psychotherapy Networker:  Los cinco mitos de la Auto-compasión por Kristin Neff

 

 

Busquemos un servicio de ayuda de calidad y responsable

Busquemos un servicio de ayuda de calidad y responsable

No veo la psicología solo como mi profesión, es decir, como un medio para ganarme la vida, sino como un medio para contribuir a una realidad más humana, más compasiva y más respetuosa.
Cuando observo, escucho o incluso acabo trabajando con personas que vienen rebotadas de pseudoprofesionales y que pensaban que estaban recibiendo una ayuda adecuada me siento muy frustrada.
En el mejor de los casos, lo que puede ocurrir es que acaben en otro profesional y por lo tanto recibiendo la ayuda que lo necesiten aunque tiempo, dinero y esfuerzo después. Pero en el peor de los casos, las personas o no solucionan sus problemas o lo hacen incluso de una manera inadecuada.
Por ello, me parece fundamental que como para cualquier otro servicio pidamos y exijamos calidad y seriedad. Hay muchos “terapeutas” y “coach” que no son psicólogos y tratan de llegar donde por lógica no pueden llegar.
Ser psicólog@, requiere no solo una carrera con dicha titulación, sino también en el ámbito clínico una especialización y una actitud profesional y responsable por la que el/la psicólog@ se haga cargo de sus propias limitaciones a nivel personal y profesional y no trate de llegar allí donde no llega.

 

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FELIZ NAVIDAD 2017

FELIZ NAVIDAD 2017

“No te deseo un año maravilloso donde todo sea bueno. Ése es un pensamiento mágico, infantil, utópico.
Te deseo que te animes a mirarte, y que te ames como eres.
Que tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas, y la humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar por las que no vale la pena luchar.
Te deseo que puedas aceptar que hay realidades que son inmodificables, y que hay otras, que si corres del lugar de la queja, podrás cambiar.
Que no te permitas los “no puedo” y que reconozcas los “no quiero”.
Te deseo que escuches tu verdad, y que la digas, con plena conciencia de que es sólo tu verdad, no la del otro.
Que te expongas a lo que temes, porque es la única manera de vencer el miedo.
Que aprendas a tolerar las “manchas negras” del otro, porque también tienes las tuyas, y eso anula la posibilidad de reclamo.
Que no te condenes por equivocarte; no eres todopoderoso.
Que crezcas, hasta donde y cuando quieras.
No te deseo que el 2018 te traiga felicidad. Te deseo que logres ser feliz, sea cual sea la realidad que te toque vivir”

????????????
Que la felicidad sea el camino, no la meta..
????????????

Aprendiendo a establecer relaciones más sanas con nuestros seres queridos y no tan queridos…

Aprendiendo a establecer relaciones más sanas con nuestros seres queridos y no tan queridos…

En muchas ocasiones en mi profesión, veo como las personas sufren en gran medida porque sus compañeros de trabajo, amigos y sobre todo parejas y familiares (padres, suegros, hermanos) no son como consideran deberían de ser. Parece inaceptable que estas personas conciban la realidad de una manera diferente a la mía y no respondan como yo creo que es razonable y lógico responder.

Cuando además, los comportamientos de los otros parecen fácilmente descalificables (no avisar de que no vengo a cenar, gritar, hacer comentarios hirientes, mentir, chantajear, etc.) todavía nos cargamos aún más de razón en que estas personas no deberían de ser así y al final nuestra ira, decepción y frustración van incrementándose.
Parece que nos cuesta mucho asumir que las personas son como son, no porque sea deseable o razonable ser así, sino porque su historia de aprendizaje y materia prima les lleva a ser así.
Nada tiene que ver con mis expectativas de lo que es justo, sano, educado, etc. Los demás solo me van a querer y tratar como saben y pueden.
¿Y pueden cambiar? !!Claro¡¡ El ser humano tiene un cerebro con mucha plasticidad que le permite generar nuevas cadenas neuronales de aprendizaje para afrontar ciertas situaciones en términos generales.
Pero este cambio, tiene que ser percibido por la persona como necesario, y por tanto, trabajar de manera voluntaria, consciente y sistemática en ese proceso de aprendizaje. Y sino, que se lo digan a muchas de las personas con las que trabajo. Son muy grandes los cambios que pueden experimentar, no solo en su funcionamiento, sino también en la visión de la vida en general, pero también suele ser grande el trabajo que eso supone…, tanta recompensa !para nada es gratuita¡
Entonces, quizás estemos siendo ingenuos al pensar que el de enfrente cambiará solo porque a mi me parece necesario…
El otro, lo hará, porque esté de acuerdo en que así sea, y si además de verbalizarlo, hace cosas por conseguir dicho cambio.
Por este motivo, o aprendemos a querer a los demás como son y a entender como nos quieren de verdad y no como nos gustaría que nos quisieran o les confronto con el cambio que me gustaría que realizaran estando dispuestos a asumir la posibilidad de alejarme, tanto si manifiesta su acuerdo conmigo pero solo verbalmente y no lo respalda con actos como si decide que siendo así es feliz y !que cambie yo¡
Permanecer en una relación condenando el comportamiento de la otra persona sistemáticamente, solo porque creo que tengo razón,  y por tanto es el otro el que debe de cambiar, cuando es un hecho que no lo va a hacer, solo puede llevarme a relaciones tóxicas o bien por someterme a comportamientos dañinos del otro hacia mí o por mis manipulaciones para que el otro cambie porque yo lo considero necesario.

Si quieres leer algo más sobre este tema, te recomiendo este artículo de Código Nuevo

No pierdas el tiempo intentando cambiar a una persona

 

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CELOS, APRENDIENDO A CONTROLARLOS

CELOS, APRENDIENDO A CONTROLARLOS

 Sino quiero que mi relación acabe por nada del mundo porque la necesito para poder seguir adelante, o porque me da mucho miedo sufrir o sentirme rechazado, me inundará un miedo e inseguridad que no me permitirá disfrutar y que me acabará controlando. Habré convertido mi relación en la llave de mi felicidad y eso me hará depender de ella. Y AMAR NO ES DEPENDER.

Los celos se podrán convertir en una emoción destructiva y si eso pasa tendremos entonces que aprender a dejar de sufrir por ellos inútilmente.

 

¿Cómo identificar los celos disfuncionales?

Tal como comentaba en el post  Celos: amor o dependencia, si mi objetivo cuando tengo una relación de pareja es tener la certidumbre total de que no la voy a perder nunca, mi cerebro se entrenará en detectar posibles amenazas y comenzará a controlar todo lo que entienda que es controlable para evitar dichas amenazas.

  • Comienza a generar pensamientos y “Y SI…” (detección de amenazas): ¿y si mira a esa chica así porque le resulta atractiva?, ¿y si no me ha dicho que ayer habló con su amigo o compañero porque en realidad me quiere ocultar que le atrae?, ¿y si no quiere venir conmigo a este sitio porque se quiere ir con otra persona a…?, ¿y si se cansa de mí y mis interrogatorios? ¿y si cuando salga mañana conoce a otra persona que se lo ponga más fácil?, ¿seguro que está mirando el culo…a ese que es más atractivo que yo?, ¿y si hoy no quiere tener relaciones sexuales conmigo porque ya no le atraigo o porque está con otra persona?, etc.
  • Se comienza a “controlar” dichas amenazas: mirar el móvil, e-mail, redes sociales, etc, a estar muy pendiente de a quién mira y cómo, a interrogar por sus relaciones actuales o pasadas, a preguntar sobre su físico o el de otros, a preguntar a otras personas su opinión etc., se cambia el cuerpo adelgazando o musculándose, se entrena en leer el pensamiento de la pareja, etc.

En definitiva, el querer tener una certeza inalcanzable lleva a la persona a obsesionarse por los posibles riesgos y le lleva a intentar evitarlos a toda costa en un esfuerzo vano de intentar controlar el amor, y la posible consecuencia temida de sufrir.

Lejos de conseguirlo, la persona cada vez se siente más insegura y encuentra más datos que pueden corroborar su miedo de ya no ser tan querida o del final de la relación, siendo estos -en algunas ocasiones- objetivos ya que la relación tiende a deteriorarse mucho y a hacerse una “profecía autocumplida”.

 

Algunos de los posibles factores que llevan a los celos serían:

 

  • Necesidad de control: una persona que en líneas generales tolere mal las incertidumbres y tienda a buscar el control en su vida, la pareja no será más que un ámbito más en el que se manifieste este comportamiento, así como en la búsqueda de la salud, del trabajo bien hecho, etc.
  • Baja autoestima: una persona que tienda a valorarse poco no se sentirá capaz de competir con otros potenciales estímulos atractivos para su pareja y tenderá a no creerse la decisión de compromiso de su pareja.
  • Infidelidades previas o relaciones frustradas: cuando nuestras relaciones anteriores han sido decepcionantes y nos han hecho sufrir mucho tendemos a sobregeneralizar como una medida protectora.
  • Creencias irracionales acerca del amor: la media naranja existe, querer es estar con alguien para siempre y compartirlo todo, no podría sobrevivir a un fracaso emocional (mi bien estar y futuro depende de estar con esta persona), etc.

 

Recomendaciones

 

  • Cuidar a la pareja: trabajar la comunicación, relacionarse sexualmente de forma satisfactoria para ambos, solucionar problemas cotidianos, etc.
  • Disfrutar de la relación: no vivir constantemente el amor que el otro siente por nosotros, sino tender a centrarnos en lo que nosotros sentimos. Trabajar por estar bien nosotros y centrados en el momento presente.
  • Convivir con la incertidumbre que conlleva la confianza. Acepto que me quiere porque está conmigo y no porque lo compruebo constantemente. Parar la búsqueda de pruebas de su amor constantes.
  • Buscar la autonomía: desarrollar otras áreas importantes de mi vida: diversas aficiones, relaciones y       satisfacciones.
  • Fortalecernos en la tolerancia a la frustración.
  • Aceptarnos y valorarnos: una vida personal rica (activa y ocupada) es la mejor manera de promover una buena autoestima.
  • Desdramatizar las consecuencias temidas: ser rechazado o abandonado por la pareja no quiere decir que se haya perdido el atractivo y que no seamos potencialmente queribles por otras muchas personas. Una ruptura, aún con el dolor que entraña a corto plazo, puede ser la antesala para una vida nueva, con o sin una nueva pareja.

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