GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS III: gestionar la amenaza es gestionar la incertidumbre

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS III: gestionar la amenaza es gestionar la incertidumbre

El coronavirus afecta a una falsa seguridad que tenemos a varios niveles y que hemos ido adquiriendo en el devenir de la historia como explicaba ayer en el post de Coronavirus II.

Cuando vemos esa seguridad afectada se dispara la incertidumbre sobre diferentes posibles temas, algunos directamente relacionados con el proceso de infección del coronavirus:

  • ¿perderé a un ser querido?
  • ¿Me perderán ellos a mi?
  • ¿Me tendré que enfrentar a la muerte, a esa que con solo nombrarla, me encojo desde siempre?

y otros con temas derivados de la situación:

  • ¿Habrá una crisis económica?
  • ¿Cómo afectará esto a mi negocio, empresa o carrera laboral?
  • ¿Cómo afectará esto a mis proyectos que se han visto afectados (bodas, comuniones, etc anuladas o en ciernes…; oposiciones o exámenes de admisión varios, etc, etc.)
  • Todas estas cosas siempre despiertan pensamientos más existencialistas acerca de la vulnerabilidad de  la vida, el ser humano o su naturaleza…
  • ¿Cómo lidiaré con la nevera que es mi mayor enemigo?. Yo como psicóloga que trabaja con TCA sé que muchas personas pueden estar teniendo mucho miedo al impacto que el encierro tendrá en su relación con la comida o con el ejercicio físico…
  • ¿Cómo afectará esto a mi familia? También trabajo mucho con parejas y sé que hay miles de situaciones varias y miles de miedos posibles al respecto.
  • ¿Cómo sobre llevaré mi soledad? Hay personas que se enfrentan a pasar mucho tiempo solas y esto les puede afectar a muchos niveles por diferentes motivos también…
  • ¿Cómo sobre llevaré…? son infinitas los miedos e incomodidades que puede traer un cambio de vida para el que no estábamos avisados, ni preparados…

Todas estas preguntas que taladrarán nuestro cerebro constantemente, generarán una inquietud y mal estar con el que no solemos estar habituados a lidiar, tal y como os comentaba en Coronavirus II. Ante este mal estar nuestro cerebro primitivo (ver coronavirus I) tratará de recuperar el control y tranquilidad. Buscando y haciendo cualquier cosa para calmarlo.

  • En muchas ocasiones se tiende a minimizar o incluso negar la información que estamos recibiendo.
  • Por el contrario, la busco compulsivamente tratando de dar respuesta a todos los interrogantes que van surgiendo en mi cabeza de forma prácticamente obsesiva. Lo que yo llamo, la tiranía de los Y sis..
  • Estar recibiendo whatsapp de forma invasiva constantemente
  • Mantener conversaciones en torno a ello constantemente y/o la búsqueda de opiniones expertas o no
  • Telediarios
  • Lavándome de forma compulsiva incluso en situaciones que no necesariamente estén indicadas (mejor más que menos…)
  • Tomando medidas no indicadas como uso de mascarillas en ciertas situaciones que no protegen (bajo el mismo principio de mejor más que menos…)

No obstante al pretender restaurar y mantener ese estado de calma total, se disparará la necesidad de controlar la situación y para ello se nos disparará la dichosa incertidumbre, porque en realidad mi cerebro estará totalmente alerta para resolver cualquier cosa que amenace dicho estado. La tiranía de los “Y sis” habrá comenzado y mi nivel de angustia paradójicamente en ese intento por hacerla desaparecer, se habrá disparado exponencialmente… Esto es la famosa frase que yo siempre saco a colación: “¿quieres sopa? pues toma, !dos tazas¡”

Y ¿por qué tiene este efecto tan contraintuitivo? ¿por qué cuanto más quiero calmarme y tener todo bajo control, no puedo?

!!Porque estoy pretendiendo algo que es una falacia¡¡

No podemos adquirir la seguridad de que, por muy poco letal que sea, el coronavirus a mi no me pasará, no puedo adquirir la seguridad de que a mis seres queridos no les pasará nada….Son seguridades que no existen… ni con el coronavirus ni sin él.

Vivir implica asumir el riesgo e incertidumbre de muchas cosas que pueden generarnos incomodidad más o menos alta si sucedieran (que mi novi@ sea infiel, que me pase algo a mi o mis seres queridos, que les falte yo a mis hij@s, que me despidan, que tenga problemas económicos importantes a futuro, que sea rechazada y me quede sol@, etc…)

Nada de estas posibilidades nos tienen que dejar tranquilxs… y es falso que podamos conseguirlo…

¿Entonces? Entonces, tenemos que aprender a vivir tolerando ese mal estar, esas posibilidades y conviviendo con la respuesta emocional que se desprende de imaginarlo. Es absolutamente imposible acabar con esa incertidumbre y cuando trato de hacerlo, lo que consigo es quedarme atrapada en una espiral de  “y sis” que siempre acabarán naciendo y apareciendo, porque el control total,  la certeza total no existe y por ello será posible encontrar cosas con las que dudar o seguir enganchándome a la preocupación. En muchas ocasiones a la preocupación le damos un status mágico de prevención. Parece que si dejo de preocuparme influyo en disparar las posibilidades de que algo pase o la inversa. Esto es una falacia porque es un pensamiento totalmente mágico. No tenemos el poder de hacer que las cosas pasen con mayor o menor probabilidad porque nosotros lo estemos pensando… Si así fuera hubiéramos encontrado el método para acabar con todas las desgracias…

Por todo ello, es importante que nos comprometamos con el mal estar de la situación. Es falso que siempre tengamos que estar en una ausencia de mal estar e incomodidad. La vida constantemente nos enfrenta a situaciones incómodas. Saber acoger esas emociones con naturalidad y aprender a sostenernos en ese mal estar paradójicamente nos hará sentirnos menos vulnerables, con más recursos y podremos vivir todo el abanico emocional humano sin tantos picos en un sentido u otro…. Ni los seres humanos somos fuertes, inmortales, totalmente generosos, etc, ni nos morimos ante cualquier indicio o somos egoístas y malos, ni la vida es maravillosa ni es un infierno. Para renunciar al mal estar extremo, tenemos que renunciar al bien estar en ausencia de incomodidad total¡

Se que es difícil, pero os aseguro que es posible y lo veo a diario con mis pacientes¡ En muchas ocasiones me dicen que el mayor descubrimiento que han hecho en sus vidas, sin duda, ha sido el casarse con el mal estar.

Mañana publicaré entonces cuáles serían las recomendaciones para vivir la incertidumbre que está situación como hemos visto nos trae en tantos frentes.

Y por favor, vayamos reflexionando que todo esto nos conecta a todos con muchas vulnerabilidades y dificultades. Tratemos de cuidarnos y de cuidar a los demás ejerciendo las medidas preventivas necesarias, pero también respetando a todos, nunca sabemos lo que hay detrás de cada ser humano.

 

 

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