GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS II: pensamientos intrusivos

GESTIÓN EMOCIONAL DEL CORONAVIRUS. PAUTAS II: pensamientos intrusivos

En el post anterior os comentaba que en el manejo emocional de esta crisis pandémica había que tener en cuenta la gestión de la incertidumbre y la autocompasión. En el manejo de la incertidumbre ya os comenté una serie de pautas que sobre todo tenían que ver con la capacidad para convertir nuestro día en una rutina manejable para nosotrxs que nos devolviera sensación de control.  En el post de hoy,  os voy a hablar de algo fundamental para la gestión de la incertidumbre, que es el manejo de las preocupaciones que podemos tener para que no se conviertan en rumiaciones.

En una situación de incertidumbre los pensamientos que yo llamo “y sis” se disparan. En psicología, los llamamos pensamientos intrusivos y forman la base de las obsesiones. Cuando mi mente se pone en modo alerta, es capaz de detectar todas las posibles amenazas y traerlas a mi conciencia, sean estas probables o no, racionales o no, mi cerebro primitivo no sabe distinguir estos matices, simplemente son una amenaza y yo estoy en modo acabar con ella para recuperar la tranquilidad.

¿Qué hacer pues con estos pensamientos?

  • Lo primero no asustarse. Los tenemos todos y en situaciones así, se pueden disparar mucho y entrar en lo que comúnmente las personas dicen como entrar en bucle, rayarme, bloquearme. A veces uno se puede asustar mucho porque parece que se está perdiendo el control, la cabeza funciona sola y bombardea con este tipo de pensamientos tan amenazadores, que a veces, incluso son solo imágenes…
  • Reconocerlos, por lo tanto, no como hechos o predicciones reales, sino solo como una manifestación de mi miedo. Pensar que “no voy a poder con algo”, no es un hecho, es solo un pensamiento, por ejemplo…
  • Recordar que no tengo por qué atender a todo los pensamientos que mi cabeza me trae. No puedo evitar que los piense, pero darles atención y alimentarlos, ya sí depende de mí.
  • Recordemos que como expliqué en el post anterior, no es conveniente buscar la calma resolviendo cada uno de esos “y sis”… !!!no podemos¡¡¡  no sabemos qué va a pasar y no podemos recuperar el control de las circunstancias.
  • Por el contrario tomemos conciencia del mal estar que nos genera ese “Y si”, aceptemos que es un miedo que existe y que me incómoda, pero que a veces, tenemos que aprender a vivir con esa incertidumbre, es incómodo, pero resolverlo será peor.
  • Paremos todas las acciones destinadas a tratar de resolver y calmar esos “y sis” o pensamientos intrusivos, porque están impidiendo que vivamos con la incertidumbre y solo está alimentando la sed de mi cerebro primitivo (amígdala) que cada vez está más en alerta.

Pongamos un ejemplo para ver cómo sería aplicar estas pautas:

Si a lo largo del día me inundan pensamientos de todo lo que pasaría si mi empresa quiebra, puedo sorprenderme a mí misma repasando gastos, valorando decisiones como pedir créditos, etc, etc.

Lo contrario a esto, sería tomar conciencia de que la posibilidad de que mi empresa cierre puede dificultar mucho mi situación económica y de ser así probablemente me tocaría tomar decisiones difíciles y pasar momentos difíciles. Por lo tanto, es lógico que al pensar en ello me pueda sentir intranquilx  y nerviosx, el miedo puede aflorar en mí. Pero si trato de calmar ese mal  buscando en el  presente todas las soluciones posibles,  lo único que conseguiré es activar más mi amígdala que incrementará la sensación de miedo, lejos de conseguir la ansiada calma.

Lo mismo si mi miedo es que enferme, perder a alguien, que mi matrimonio  no resista esta situación, etc. todo ello lógicamente me preocupa y si pasa será difícil…

El poder admitir que tengo motivos para preocuparme y dejar estar la emoción sin resolverla, tratando de aceptar que a veces no se puede estar completamente en calma, paradójicamente, me permitirá soltar esa preocupación y aunque la tenga de base, no pasarla a primer plano me permitirá estar en el presente pudiéndome ocupar de otras cosas y estando más preparada para afrontar la amenaza, si es que en algún momento se llega a presentar.

Aceptar las cosas tal y como son, con su correspondiente emoción asociada, nos permite no estar en alerta continua, nos permite encontrar una serenidad dentro de la tormenta. Las circunstancias pueden ser difíciles pero tengo que estar dispuesto a vivirlas,  ¡no a evitarlas!

Teniendo todo esto en cuenta:

  • Programa en el día cuando y de dónde vas a recibir la información sobre la crisis de la pandemia.  No estés todo el día buscando o recibiendo información sobre la pandemia. No hará más que alimentar tus “y sis”. A mayor información no conseguirás controlar nada, solo conseguirás disparar la sensación de incertidumbre y vulnerabilidad. Por ello, es muy importante que elijas de que medio vas a recibir esa información y en qué momento del día. El resto de dicho día, trata de desconectar y no estar mandando ni recibiendo constantemente whatsapps, etc. sobre el tema
  • No actúes compulsivamente tratando de hacer cosas para evitar el contagio o saber si estás contagiado. Cíñete a las recomendaciones oficiales

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