En los anteriores post os he tratado de ir dando las pautas principales para gestionar la incertidumbre a la que nos enfrenta la crisis por Coronavirus, siendo estas una parte muy importante de la gestión emocional en estas circunstancias. Hoy termino con esta serie de pautas, hablando de otro aspecto que para mí es esencial también en dicha gestión emocional. Estoy hablando de la posibilidad de desarrollar o aprender a aplicar la autocompasión en esta situación vital que estamos atravesando.
Acompañándonos desde la autocompasión
- Es importante acompañarte emocionalmente en este viaje. No estamos acostumbrados a escuchar nuestras necesidades y nuestras emociones. Esta es una gran oportunidad. Hazte la pregunta: ¿Cómo me siento en estos momentos? ¿Dónde lo siento en el cuerpo? Esto debe ser…etiquétalo: esto es miedo, pena y tristeza, rabia, aburrimiento, impotencia….. Es muy importante que sepamos nombrar a nuestras emociones, eso nos ayuda a acotarlas y entendernos. También a saber qué necesitamos. Compartamos esa emoción, ponerla en palabras es ayudarnos a reprocesar lo que está ocurriendo y nos da la posibilidad de sentirnos validados y apoyados por aquellos que nos quieren. Si no tienes la posibilidad de compartirlo con alguien o no te sientes capaz, no dejes de hacerlo igualmente. Escribe una carta a la persona que crees te pudiera ayudar, aunque en estos momentos no esté presente o escríbela a ti mismo. Ofrécete esa validación y esas palabras de apoyo incondicional.
- Y sin duda y a pesar de todo, tendrás algún día o momento malo, donde todas estas pautas que ido dando para tratar de sobrellevar la incertidumbre de la situación no habrán podido ser, tu piloto automático, tu cerebro primitivo se habrá podido apoderar de tí. !!Permítetelo¡¡ Somos humanos y no robots. Erramos y aprendemos. Ensayamos y mejoramos. Nos desestabilizamos y recuperamos el equilibrio. Yo no soy mis errores, ni mi descontrol, ni estoy abocada a ello. No hagamos razonamientos emocionales (como siento que soy mala, lo soy) Diferenciemos el todo y la parte y permitamos los días o momentos malos, démosle también espacio derecho a existir y solo apoyémonos en esos momentos, sabiendo que la tormenta pasará y mañana o en un rato podré reconducirlo.
- ¡Ajusta expectativas en tus objetivos¡ La situación ha cambiado, no puedes exigirte lo mismo de siempre. Hay muchas cosas que costarán más o no saldrán como quiero o espero. Tus hijos podrán estar más rebeldes o intranquilos por momentos, tú tendrás menos paciencia por momentos, quizás no les apoyes en los estudios con la neutralidad con la que lo hace un profesor, quizás no juegues o estés tan presente como ellos necesitan o esperan. En el trabajo quizás no rindas o te concentres tanto como cuando no tienes un niño por ahí pululando o como cuando simplemente estás en tu lugar de trabajo… Cuando tomes conciencia de tus limitaciones dentro de esta situación, como hemos hablado, reconoce la emoción y trata de acompañarte en ella. No se trata de conseguir que esto no te afecte, se trata de poder apoyarte en la emoción que te provoca. En vez de castigarte y exigirte para acabar con la emoción de frustración o miedo, prueba a permitir que sea así y cuidarte emocionalmente en eso a lo que no estás llegando.
- Plantéate para que quieres que te sirva esta experiencia vital. Trata de definir un propósito a la hora de atravesar esta situación de aislamiento. Visualízate un año después de esta crisis sanitaria física y psicológica…¿Qué te gustaría decirte en ese momento? !aquellos días fueron duros, sin duda¡ pero lo cierto es que me descubrieron… gracias a ellos este año he aprendido a… en aquella época pude darme cuenta y comenzar a desarrollar… Tratar de alinear nuestras experiencias a nuestros valores vitales es una parte fundamental de la autocompasión. Dar significado a las cosas es una parte fundamental de la resiliencia. Tener dicho propósito nos ayudará a pasar los días malos. Sé que hoy estoy más bajita, pero también sé que todo esto me llevará a ….
- Céntrate en el aquí y en el ahora. Es una manera de reconducir y gestionar la incertidumbre. Desde la certeza de que trataremos siempre de estar lo mejor posible con lo que haya, con lo que nos toque vivir. Cambiemos el chip por querer estar bien, en un estado de seguridad y certeza, cosa que es imposible, por nuestra determinación de !!!estar lo mejor posible con lo que haya¡¡¡
Esta es una gran oportunidad para activar nuestras habilidades de resiliencia, para salir reforzados de una situación de crisis. Todos tenemos mucho que aprender sobre la vida y nosotros mismos en este tipo de situaciones. Las lecciones a veces tienen su precio y coste pero el conocimiento adquirido es impagable. Conocernos más, encauzar nuestras vidas hacia donde queremos es un regalo (frase tomada de mi compañera en Álava Reyes: Mónica Poblador).